Tras medio siglo de carrera, Phil Collins y su mítica banda Genesis se despidieron este sábado de los escenarios con un concierto en el O2 de Londres, en el que el baterista mostró una preocupante y frágil imagen.
Acompañado de sus compañeros de Genesis Mike Rutherford y Tony Banks, Collins, de 71 años, dio el concierto sentado debido a los problemas de salud que arrastra desde hace años, y se marchó del escenario ayudado de un bastón.
La banda alcanzó la fama en la década de 1970 y ha vendido más de 100 millones de discos. Pese a su delicado estado, Collins bromeó con el público: "Es la última parada de nuestra gira y es el último show de Genesis. Después de esta noche, todos tendremos que conseguir trabajos de verdad".
El del sábado fue el último de los tres conciertos de Londres que estaban programados para fines del año pasado, pero tuvieron que ser reprogramados debido a varios positivos por coronavirus en la banda, que ha estado de gira por primera vez desde hacía 14 años.
Collins, quien tiene un largo historial de problemas de espalda, ha estado sentado durante todos los conciertos de la gira y su hijo, Nic Collins, de 20 años, fue quien lo reemplazó en la batería.
La gira de reunión de Genesis de 2007 dejó a Phil con una vértebra dislocada en el cuello, que le causó daños adicionales en los nervios de las manos. Ha estado usando un bastón desde que se sometió a una cirugía en la espalda en octubre de 2015. Además, en 2017, Phil Collins se vio obligado a posponer dos conciertos en solitario en el Royal Albert Hall después de una caída en su habitación de hotel.