Solo tres años han bastado para que los dragones, las traiciones familiares y el trono de hierro regresen a la televisión: HBO estrena el lunes 22 en España La Casa del Dragón, la precuela de la serie más exitosa de la historia, Juego de Tronos, y el primer título de lo que espera que sea una larga franquicia.
Deseoso de exprimir el fenómeno televisivo tras el adiós de Juego de Tronos en 2019, el canal encontró en Fuego y sangre, una breve novela con la que el escritor George R.R. Martin complementó su universo de fantasía, la trama perfecta para convertirse en la primera de la lista de ficciones derivadas que ha prometido estrenar. «No es una novela. Es un libro de historia falso. Y no está escrito en una estructura narrativa habitual, así que fue muy interesante adaptarlo al formato de guion», explicó Ryan Condal, creador de la serie junto a Miguel Sapochnik. A diferencia de la ficción original, La Casa del Dragón no narra la lucha encarnizada de ambiciosos reinos y familias por el poder, su trama cuenta la ruptura de una única dinastía, los Targaryen, por la elección del nuevo heredero al trono.
Historia
Ambientada 200 años antes de los hechos narrados en Canción de hielo y fuego (la colección de novelas que inspiró la serie original), la nueva historia tiene como protagonista a Viserys (Paddy Considine), un rey consciente de su deterioro físico y desesperado por encontrar a un sucesor. En esa búsqueda, las miradas se posarán sobre el príncipe Daemon Targaryen (Matt Smith), el violento y rebelde hermano menor del rey, y en la princesa Rhaenyra (Emma D'Arcy y Milly Alcock), cuyo posible ascenso al trono de hierro es visto con desconfianza por el resto de la corte.
Los creadores de la serie han tratado de olvidarse por completo de Juego de Tronos. Ninguno de sus personajes, dragones o escenarios (más allá del mítico trono de hierro) repiten en la secuela, que, sin embargo, será familiar para muchos seguidores de la saga. La dinastía protagonista, los Targaryen son los antepasados de Daenerys, la enigmática Khaleesi de la primera serie. Con ellos comparte sus reconocibles atributos físicos, además de un dominio absoluto del vuelo de los dragones. Y en La Casa del Dragón, quien controla a los dragones, domina el mundo.
No habrá, sin embargo, la misma dosis de sexo y violencia que marcaron las primeras temporadas de Juego de Tronos. «El sexo estaba ahí para llamar la atención de la gente y que viera la serie. Esa es la verdad y nosotros somos muy afortunados por no tener que recurrir al sexo para vender el espectáculo. No significa que no lo haya, pero estamos libres de ciertos mandatos que la ficción original tuvo que asumir», justificó Sapochnik.