Tiene más de 600.000 seguidores en TikTok y se dedica a hablar de religión. Xiskya Valladares (León de Nicaragua, 1969) se define como «una mujer religiosa de la Pureza de María», profesora en el Cesag, que, además, es tiktoker y twittera. Sus tres pasiones son la fotografía, la comunicación y la Biblia. Con apenas diez años, el trabajo de los reporteros bélicos en la Revolución Sandinista la alentó a trabajar de periodista de guerra. Finalmente lo ha sido, pero de una guerra distinta. Años después de ordenarse monja, la designaron en el Centro de Estudios Superiores Alberta Giménez (Cesag), en Palma, por lo que requirió cursar el máster en Periodismo. Hay quien lo llama azar, ella, Providencia.
¿Cómo descubrió y se interesó por las redes sociales?
Me cautivó el poder de las redes sociales durante el 11M. Con Twitter me di cuenta de que son una herramienta muy poderosa, capaz de ejercer una enorme influencia en el mundo, no solo en el digital, sino en el presencial. Ese mismo año cubrí para el periódico El Mundo la visita del Papa Benedicto XVI a Madrid y aparecí en el último vídeo que hicimos. Fue un boom en redes y los propios lectores me pidieron que no dejara de usarlas.
¿Qué percepción tiene de ellas?
Son la realidad donde vive la gente. Es el mundo real, trasladado a un soporte digital. Si a una iglesia de Mallorca asisten 40 personas a misa, a nosotros nos están escuchando cada día cientos de miles.
¿Con qué finalidad las utiliza?
En Twitter y TikTok persigo una finalidad evangelizadora. Estoy a disposición de los que me siguen para tratar temas de la Iglesia o religión que a ellos les interesen. El 90 % de mis vídeos son respuestas a preguntas que me hacen, como si tatuarse es pecado o cómo ve la Iglesia ser homosexual.
¿Qué tipo de personas la siguen?
Un 30 % son creyentes no practicantes; el 10 %, ateos y agnósticos y el 60 % creyentes practicantes. Es decir, más de un 80 % ha tenido algún tipo de experiencia religiosa. La gente quiere tener una relación con Dios, pero muchos se han distanciado de la Iglesia.
Junto con el religioso y youtuber SM Dani ha fundado IMisión, ¿Qué ofrece esta plataforma?
Los que somos misioneros digitales nos dedicamos a acercar la Iglesia a los jóvenes a través del medio que utilizan y les intentamos ayudar a que tengan más y mejor relación con Dios. Es la nueva forma de evangelizar. En IMisión ofrecemos formación a personas católicas que quieran dedicarse a las redes para evangelizar.
¿A qué atribuye el desapego de los jóvenes por la religión?
Hay tres razones principales. La primera, la mala prensa que nosotros mismos hemos provocado con los escándalos de pederastia y corrupción. La segunda se debe a que las temáticas, los lenguajes y los formatos de la Iglesia no se adaptan a los de los jóvenes. No podemos hablar en una homilía con tecnicismos y un monótono a jóvenes cuando tienen a Auronplay pegando gritos para captar su atención. La tercera razón de este desapego es que la sociedad ha cambiado y nosotros no hemos sabido acompañarla. Hablamos de temas teológicos y a la gente le interesa cómo orientarse por la vida en el día a día.
¿Qué opina su comunidad de las redes?
Ellas también tienen Instagram y TikTok. Mi superiora tiene todas estas redes y también sube contenidos. Es cierto que les gusta menos exponerse ante el público, pero el ambiente es de mucha naturalidad.
¿A qué le atribuye el éxito de sus redes? ¿Triunfa el contenido o llama la atención una monja en TikTok?
Ya no somos pocos hablando de religión en TikTok, pero no todos triunfan. Creo que, en mi caso, puede que capte la atención el vídeo de una monja en TikTok, pero, después, les gusta cómo lo explico. Soy muy natural, no preparo un guion y respondo a lo que me plantean con un enfoque muy adecuado a su nivel cultural, a su lenguaje y con un pequeño toque de humor.
¿Qué piensa de los haters desde la vertiente cristiana?
En TikTok no tengo haters, están en Twitter. Curiosamente, mis haters son de la propia Iglesia católica, de un sector más conservador que está muy molesto con el Papa Francisco. Quieren una Iglesia más rigurosa y al estilo del concilio anterior.
¿Ha tenido alguna mala experiencia relacionada con ellos?
No hay semana en que no me lleguen mensajes bastante desagradables. Hay un lobby que intenta que me vaya de las redes. Gracias a Dios, no me están afectando. Me he acostumbrado a que la Iglesia es diversa y respeto sus formas de ser. Me dan hasta pena, porque veo su pobreza interior.