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La radio telemetría, la nueva arma contra las pitones invasoras

«Tienen un impacto importante en el ecosistema de Florida y amenazan los esfuerzos de restauración de los Everglades»

Christine Sponchia

| Florida |

La radio telemetría es la nueva esperanza en la titánica lucha contra la pitón birmana, una especie no nativa que hace décadas comenzó a invadir el humedal de los Everglades y constituye una grave amenaza para la biodiversidad de Florida. La estatal Universidad de Florida (UF) ha puesto en marcha un programa que consiste en implantar radiotransmisores de muy alta frecuencia (VHF) a pitones capturadas para que ayuden a conocer más su hábitat y a localizar a otros animales de su especie, con el fin de establecer una estrategia para su eliminación a gran escala.

Melissa Miller, responsable del proyecto y especialista en especies invasoras del Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas (IFAS) de UF, dice a EFE que el objetivo es reducir el impacto de esa especie en los Everglades, un gran humedal del sur de Florida que alberga más de 2.000 especies de animales y plantas. «Las pitones birmanas tienen un impacto importante en el ecosistema de Florida y amenazan los esfuerzos de restauración de los Everglades».

«Además, han hecho disminuir las poblaciones de mamíferos nativos y propagado parásitos a las serpientes nativas», explica. Según estudios recientes, las pitones han hecho que en algunas áreas de los Everglades la población de mamíferos como ratones de campo, comadrejas, mapaches o conejos haya descendido hasta un 99 %.

El programa de UF se plantea investigar el uso del hábitat que hacen las pitones en las marismas e islas de los Everglades, además de recopilar datos sobre su apareamiento para estimar el tamaño de la población. «Se han eliminado más de 17.000 pitones en Florida. Sin embargo, actualmente no tenemos una estimación confiable del tamaño de la población», señala.

El programa es llevado a cabo por científicos de UF/IFAS en colaboración con el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el Centro Científico Fort Collins, el Distrito de Administración del Agua del Sur de Florida (SFWMD) y la Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC). A las pitones capturadas por el personal de SFWMD y FWC dedicado a programas de erradicación de la especie se les implantan "dos dispositivos de rastreo que tienen una duración de batería de aproximadamente 2 a 3 años, detalla Miller. El dispositivo de rastreo emite ondas de radio de muy alta frecuencia que se pueden detectar usando una antena. Por ahora el equipo del programa está rastreando ocho pitones adultas, entre la que hay machos y hembras.

Las hembras, que secretan naturalmente feromonas sexuales, atraen a su alrededor a muchas pitones machos que compiten por la oportunidad de aparearse y así, gracias a los localizadores, pueden ser «capturadas y eliminadas» de una vez, comenta Miller. Además, los machos con el dispositivo de rastreo pueden ayudar a a localizar pitones hembra, que tienen una gran capacidad de reproducción, gracias a lo cual han sido tan exitosas en la conquista de los Everglades.

La lucha contra estos animales depredadores la realizan principalmente cazadores autorizados, que reciben dinero por cada ejemplar eliminado, aunque también se han utilizado distintas tecnologías de una manera experimental. Miller subraya que las pitones birmanas en Florida se alimentan de una amplia diversidad de especies, tienen un alto rendimiento reproductivo y crecen hasta alcanzar un gran tamaño en un ecosistema con pocos depredadores, factores todos ellos que «hacen que la pitón birmana sea un riesgo grave para el ecosistema de los Everglades».

Se desconoce a ciencia cierta cómo llegaron a los Everglades las depredadoras pitones birmanas, pero una de las teorías es que eran mascotas que quedaron libres a raíz del paso del huracán Andrew, que asoló una zona del sur de Florida en 1992. De acuerdo con el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, aproximadamente 99.000 pitones birmanas fueron importadas desde Estados Unidos solamente entre 1996 y 2006. La presencia de la especie en el sur de Florida está documentada desde comienzos de la década de 1980 del pasado siglo.

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