La investigadora e inmunóloga Margarita del Val, uno de los rostros más conocidos de la pandemia, está convencida de que en estos momentos, tras la emergencia sanitaria por la COVID, estamos mejor preparados para afrontar una nueva pandemia pero insta a seguir trabajando «activamente», sobre todo entre sectores como el turístico, visto que la consecuencia de una pandemia, ha señalado, es sanitaria en primera instancia pero también es social y económica.
La científica ha dado a conocer la Plataforma de investigación interdisciplinar en Salud Global del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), que se formó en 2020 para dar respuesta al nuevo coronavirus, en una charla organizada por la representación en Baleares, junto con la UIB.
En el análisis de la irrupción y la evolución de este nuevo virus y las medidas que se han ido investigando a su alrededor destaca la importancia de que tanto el sector público como privado invierta en la renovación del aire en los espacios cerrados como uno de los mejores aprendizajes para un futuro. «Llegará un momento en que los mismos usuarios lo demandaremos», ha dicho. «Los freakies como yo iremos a restaurantes fastuosos donde no lo han implentado y pediremos filtros. No tiene que ver en cómo es el sitio sino con la concienciación que hay. A la hostelería se les ha dicho mucho que no son sitios seguros, había que darles soluciones porque había mucha transmisión en sitios cerrados en los que se aglomeraba la gente y basta invertir decenas de euros, nada más», ha añadido.
Y es que si algo se sabe es que cuanta más gente se aglomera en un sitio cerrado, es peor. «Y un buen aire son menos infecciones, menos bajas laborales, personal más productivo y concentrado, un gasto energético más ajustado y mejora del ocio y turismo», y es que bajan los contaminantes y los alergénicos, la incidencia de virus y bacterias y también el gasto sanitario. «Controlando el aire no evitaremos agentes infecciosos, pero sí la bofetada de esta pandemia», ha señalado, instando a empezar a trabajar por los sitios más vulnerables e instalar medidores en las residencias de mayores.
Según Del Val queda pendiente poner límites de CO2 y recomendaciones o una normativa de filtros (HEPA), «mucha gente no ventila por no gastar cuando se podría ahorrar mucho».
La experta ha comparado la pandemia de COVID con «cuando los europeos nos fuimos a conquistar Ámerica y nos llevamos infecciones diezmando poblaciones indígenas», ha dicho, como cuando «toda la población de un continente entero se enfrentó a la vez a lo mismo». Idea: entender qué pasaba para preparar al futuro desarrollar nuevas metodologías y tecnologías.
Con la creación de la plataforma, una de las ideas que han surgido es también «hacer un modelado de la movilidad humana para, en un futuro, no confinar como se hizo, sino de forma selectiva, viendo los puntos más calientes de contagio para actuar sobre estas zonas y evitar riesgos». Por ejemplo, ha explicado la investigadora, «se ha hecho un análisis de distribución del virus en los aeropuertos para saber qué puntos son peores».