La Comisión Europea aplica desde este domingo 1 de septiembre restricciones temporales al control de líquidos en todos los aeropuertos de la Unión Europea para armonizar el límite de líquidos en cabina de un máximo de 100 mililitros.
En particular, la norma busca estandarizar los controles, ya que algunos aeropuertos que utilizan sistemas de detección de explosivos en el equipaje de mano (EDSCB) permiten actualmente a los pasajeros transportar recipientes de líquidos de más de 100 mililitros.
Es por ello que Bruselas establece que a partir de septiembre el tamaño máximo vuelva a ser el estándar también en los aeropuertos que utilicen este tipo de equipos de control.
Según explicó en un comunicado la Comisión Europea, esta cuestión responde a una cuestión técnica temporal y se adopta de la mano de socios internacionales europeos. Eso sí, la UE ha remarcado que la aplicación de esta norma será "temporal".
Los escáneres C3, que son los que autorizaban subir líquidos al avión, dejarán de estar permitidos, por lo que una vez se pase el control de seguridad tanto geles o champús como colonias y otro tipo de líquido deberá sacarse del equipaje de mano, así como aparatos electrónicos.