El de Starliner está siendo uno de los ‘salseos’ más importantes del año en el mundillo aeroespacial. La cápsula de Boeing ha tenido que regresar a la Tierra con el rabo entre las piernas tras no haber podido completar su misión, al menos no de forma íntegra.
La nave ha tocado nuestra superficie esta madrugada, pero los responsables de la misión no permitieron que volviera con su tripulación, de manera que ha dejado en la Estación Espacial Internacional a Barry Wilmore y Sunita Williams. La NASA se ha mantenido muy conservadora y decidió que los astronautas permanezcan en la ISS y regresen en la próxima misión Crew Dragon de SpaceX.
Alrededor de las doce de la madrugada hora española de este sábado, Starliner se desacoplaba de la ISS, a la que ha estado ‘enganchada’ desde el pasado 5 de junio. Era un momento crítico, pues la NASA pidió a Boeing que la nave realizase un arranque rápido para alejarse de la Estación Espacial Internacional lo más pronto posible y también para minimizar el riesgo de sus propulsores defectuosos.
Esta maniobra, denominada ‘breakout burn’, consiste en encender los motores rápidamente para alejarse de la ISS, donde actualmente habitan nueve astronautas. Además, según explicó la NASA en una conferencia de prensa, es un movimiento que «pone menos estrés en los propulsores», ya que tienen que realizar menos encendidos.
Recordemos que durante la aproximación de Starliner a la Estación Espacial Internacional, cinco de sus 28 motores fallaron en pleno vuelo, aunque después se ha conseguido recuperar cuatro de ellos.
Así ha sido el regreso de Starliner a la Tierra sin su tripulación
Supervisada por controladores de vuelo de la NASA en Houston y de Boeing en Florida, Starliner ha comenzado su desorbitación alrededor de cinco horas después de desacoplarse de la ISS, lo que implica que «la nave espacial encienda sus propulsores de control de actitud y maniobra orbital más grandes, proporcionando la energía necesaria para reingresar a la atmósfera de la Tierra», en palabras de la agencia espacial estadounidense.
En ese momento la cápsula ha estado a unos 120 kilómetros de la superficie de la Tierra. Al ser la parte más caliente del reingreso, su escudo térmico ha tenido que soportar temperaturas de hasta 3.000 grados Fahrenheit —unos 1.600 grados Celsius— al entrar en la atmósfera.
La NASA explica que Starliner está equipada con un escudo térmico ablativo que contiene una capa de resina plástica que se calienta hasta convertirse en gas y aleja el calor de la cápsula mediante convección. «Este proceso ayuda a mantener la temperatura dentro de la nave en torno a los 21°C», aseguran. Se utilizaron escudos térmicos similares en las naves espaciales Mercury, Gemini y Apolo.
Tras completar con éxito la entrada sobre el océano Pacífico, Starliner ha comenzado a disminuir su velocidad orbital, bajando a unos 28.000 kilómetros por hora. Finalmente, su escudo térmico se ha separado para permitir que sus seis airbags se inflen y se desplieguen sus tres paracaídas. La cápsula no tripulada ha aterrizado a las 6:01 hora peninsular española en el puerto espacial White Sands, en Nuevo México (Estados Unidos).
Qué ha pasado con Starliner: estos han sido los problemas de la nave espacial
El aterrizaje en Nuevo México supone el fin de la accidentada misión de prueba de la cápsula de Boeing: de una estancia planeada de ocho días en la ISS finalmente ha regresado al cabo de tres meses, tras una serie de problemas con el sistema de propulsión y fugas de helio.
A pesar de los problemas durante el vuelo de ida, la nave consiguió acoplarse con éxito el 6 de junio. Sin embargo, los fallos desencadenaron una investigación de meses por parte de Boeing y la NASA, que le ha costado a la compañía 125 millones de dólares, lo que eleva los sobrecostos totales del programa Starliner a algo más de 1.600 millones de dólares desde 2016, según un análisis de Reuters.
Steve Stich, director del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, desveló que las fugas de helio en la nave posiblemente están vinculadas a la corrosión de unos sellos. El directivo también defendió que durante la misión tripulada de prueba muchas partes del vuelo transcurrieron «muy bien» y que no cree que sea necesario un nuevo diseño para el sistema de propulsores.
Sin embargo, los incidentes ocurridos durante la primera prueba de la nave con tripulación no han sido los únicos: el primer vuelo del Starliner con tripulación se ha realizado con años de retraso debido a diversos contratiempos.
En 2019 no logró realizar un viaje de prueba a la ISS sin tripulación por un fallo de software. En 2022 sí llegó —también sin pasajeros— al laboratorio orbital, pero algunos de sus propulsores fallaron y también tuvo problemas con los paracaídas en el regreso a la Tierra.
El objetivo de esta misión era que Boeing se convirtiera en el segundo proveedor privado para vuelos espaciales de la NASA, algo así como ‘un taxi’ a la ISS. SpaceX lleva dando este servicio a la agencia desde mayo de 2020. De momento esta meta tendrá que esperar.
Boeing recuperará la cápsula Starliner después de su aterrizaje y continuará su investigación sobre por qué fallaron los propulsores, pero tendrá que hacerlo de manera simulada, pues la sección que albergaba los propulsores de la nave se desprendió de la cápsula antes de sumergirse en la atmósfera de la Tierra y se desintegró en la reentrada, tal y como estaba previsto.
Los problemas del gigante aeroespacial con Starliner representan la última lucha que pone en duda el futuro de Boeing en el espacio.
¿Cuándo volverán a la Tierra los astronautas de Starliner Barry Wilmore y Sunita Williams?
El lanzamiento de la misión Crew 9 desde el Centro Espacial Kennedy de Florida en una nave de SpaceX está previsto para el próximo 24 de septiembre.
La misión, de seis meses de duración y que supondrá la novena rotación de tripulación en la ISS que emprenda la compañía aeroespacial de Elon Musk para la NASA, no despegará con los cuatro tripulantes planificados inicialmente, sino solo con dos, de manera que a su regreso tendrán también espacio los dos astronautas de Starliner ‘atrapados’ en la Estación Espacial Internacional.
Así, Wilmore y Williams deberán permanecer en la ISS hasta febrero de 2025, lo que supone una estancia de ocho días se va a convertir en aproximadamente ocho meses.
La Estación Espacial Internacional, un laboratorio científico del tamaño de un campo de fútbol a unos 402 kilómetros de la superficie, tiene a bordo a otros siete astronautas que llegaron en diferentes momentos en otras naves espaciales, incluida una cápsula rusa Soyuz. Se espera que Wilmore y Williams sigan realizando experimentos científicos con sus compañeros de tripulación.