Como es habitual, el mes de octubre es sinónimo de hacer el cambio de hora. Será la madrugada del 25 de octubre al 26 cuando toque retrasar las agujas del reloj una hora y dar la bienvenida al horario de invierno. Se trata de un medida que siguen los países europeos para aprovechar mucho mejor la luz del Sol y para ahorrar energía. Sin embargo, desde hace años se está cuestionando si se debe continuar con este método. El problema es que en la práctica conlleva una serie de efectos negativos en la salud de las personas.
El cuerpo funciona con un ciclo interno de 24 horas. Es lo que comúnmente se conoce como ritmo circadiano. Este se encarga de regular algunos aspectos básicos como, por ejemplo, la temperatura corporal, el sueño, la secreción hormonal o el metabolismo. Y todo este sistema se mueve por la exposición a la luz. Al cambiar la hora, se puede crear una especie de desajuste que tiene consecuencia directa en el descanso y en el estado de ánimo.
Cómo afecta el cambio de hora a la salud
La Universidad de Stanford ha realizado un estudio en el que se ha analizado el impacto que tienen los cambios de hora en la salud. Para ello, ha tomado como referencia tres horarios: el cambio bianual, el horario de verano permanente y el horario de invierno permanente. Y uno de los resultado más llamativos es que mantener un horario fijo es lo más saludable, pero no solo eso, sino que se han dado cuenta que el de invierno consigue alinear de mejor manera al cuerpo con el ciclo solar.
Con estos resultados, los expertos creen que se podrían prevenir casos de ictus, pero también se reducirían los casos de obesidad al mejorar la calidad del sueño.
En España también existe un amplio debate sobre el cambio de hora y su impacto en la salud. Los investigadores consideran que en nuestro país existe un mayor desfase con la hora solar real. Hay que recordar que aquí se utiliza el mismo horario que en otros países que están situados más al este.
Esto quiere decir que al tener este tipo de horario existe un mayor hábito a planes nocturnos o una amplia reducción del descanso. Por este motivo, los científicos concretan que lo más importante es tener alineada la vida con la luz del sol para tener unos ritmos biológicos más saludables.