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El papa pide paz, reconciliación y educación en la no violencia ante la Inmaculada

Tras la oración, León XIV saludó brevemente a autoridades, entre ellas la embajadora de España ante la Santa Sede, la exministra Isabel Celaá, y a los fieles presentes

León XIV saluda a los fieles a su llegada al rezo | Foto: Guglielmo Mangiapane

| Roma |

El papa acudió este lunes al centro de Roma para venerar la imagen de la Inmaculada Concepción, como marca la tradición, y pidió que tras el Jubileo se abran «otras puertas de casas y oasis de paz», se eduque «en la no violencia» y se aprenda «el arte de la reconciliación». Al llegar a plaza Mignanelli, al lado de la famosa plaza de España, el pontífice bendijo un ramo de flores blancas con un lazo del Vaticano, que se depositó a los pies de la columna que sostiene la estatua de la Virgen. «Inmaculada, Madre de un pueblo fiel, tu transparencia ilumina Roma con luz eterna, tu camino perfuma sus calles más que las flores que hoy ofrecemos», rezó León XIV a la estatua repleta de flores por la festividad de este dogma católico.

En su oración, hizo especial alusión al Jubileo, que se cerrará el próximo 6 de enero: «Florezca la esperanza jubilar en Roma y en cada rincón de la tierra, esperanza en el mundo nuevo que Dios prepara y del que tú, oh Virgen, eres como la yema y la aurora». «Después de las puertas santas, ábranse ahora otras puertas de casas y oasis de paz, en las que renazca la dignidad, se eduque en la no violencia y se aprenda el arte de la reconciliación», añadió.

León XIV recordó que, durante este Año Santo, «muchos peregrinos de todo el mundo han recorrido las calles de esta ciudad», subrayando que la humanidad, aunque probada y a veces «aplastada», sigue siendo «recipiente del Espíritu de vida». El papa pidió también a la Virgen «inspirar nuevas intuiciones» en la Iglesia, tanto en Roma como en las iglesias locales que «recogen las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, sobre todo de los pobres y de quienes sufren».

El pontífice finalizó encomendándose a la Inmaculada para que interceda por la ciudad y por toda la humanidad, especialmente en tiempos de cambios profundos que parecen dejar a la gente «desprevenida e impotente».

Tradición papal desde 1857

Centenares de fieles aguardaban en la plaza de España al papa, quien llegó en papamóvil sobre las 15:55 hora local (14:55 GMT) y fue recibido por el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri. Posteriormente, caminó hasta los pies de la columna, donde rezó una oración y bendijo las flores blancas adornadas con el lazo del Vaticano, que depositó a los pies de la columna de 15 metros que sostiene la estatua.

Tras la oración, León XIV saludó brevemente a autoridades, entre ellas la embajadora de España ante la Santa Sede, la exministra Isabel Celaá, y luego a muchos de los fieles presentes uno a uno, entre ellos a los enfermos en las primeras filas. La tradición papal de la ofrenda de flores se remonta a 1857, tres años después de la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de la Virgen María formulada por Pío IX (1846-1878).

Tres años después, el 8 de diciembre de 1857, mandó erigir el monumento de la Inmaculada Concepción en la Plaza España, ante la embajada española, como reconocimiento porque muchas solicitudes de proclamación del dogma llegaron desde España. Antes de la ceremonia, sobre las 15:30 (14:30 GMT), visitó la cercana Iglesia de la Santísima Trinidad, donde recibió un homenaje de la Asociación de Comerciantes de Via Condotti, antes de dirigirse a la Plaza de España, informó la oficina de prensa de la Santa Sede.

3 comentarios

manu menorca manu menorca | Hace 3 días

... vamos, que este señor tan mayor hace como los niños que creen en papá noël... pedir, pedir y pedir... pero utiliza eso de la inmaculada, y pide obviedades como esas tres ya mencionadas, no ha rebuscado mucho... lo que eso se debería exigir todo el año. y no en una determinada fecha fija del calendario... en fin, una tradición, lo que se dice seguir un paripé...

user Insolencio | Hace 3 días

¿Y cuando una gira por Palestina y Gaza para ayudar a los desfavorecidos , humillados y hambrientos y llevarles al menos palabras de esperanza y consuelo , al igual como lo hacia su jefe hace 2000 años? ¿Qué pasa? ¿Le pesan los anillos? ¿ No va allí porque entre tantos escombros se le pueden ensuciar sus zapatitos de 800 euros? Menudo Papa melifluo, tibio y descafeinado. Recuerden que durante la segunda guerra mundial el vaticano jamás hizo nada y luego 60 años después hicieron un mea culpa reconociendo su desidia y cobardía. Ir a lo que queda de Gaza AHORA seria un acto revulsivo para los que perdimos la fe hace tiempo y para la iglesia misma.

Xoancar Xoancar | Hace 3 días

No sé si será cosa mía,... me considero cristiano, pero no católico, y la verdad, así como de vez en cuando de los anteriores Papas, oía o leía cosas, podía estar de acuerdo o no. Pero es que de este nada de nada. Parece que es de los que está por estar. Ni dice ni hace.

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