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Web 3. Solo sé que no sé nada

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La web 3 ya está aquí. Sí, todavía no nos hemos acostumbrado a ver todos los bailes de TikTok ni tenemos claro cuál es el mejor filtro de Instagram, que ahora se habla de descentralización del poder en la red.

Pero ¿cómo puede transformar la web 3 el turismo?
Seamos sensatos: los cambios que vienen no solo afectarán al turismo, serán cambios sociales, económicos y morales a nivel global y el turismo, obviamente, no va a estar exento.

Por un lado, tenemos asomando un concepto que hemos comenzado a oír mucho en los últimos meses: el metaverso. Podemos fácilmente imaginar un hotel o un destino entero replicado en un metaverso en el que se pueda disfrutar de un concierto en la playa, una conferencia híbrida en la sala de eventos de un hotel o una reunión en la cafetería de moda. El metaverso es y será una parte esencial de la web3.

Pero vamos más allá. ¿Y si hablamos de tokenizar room nights para crear nuevos programas de fidelidad? ¿Si recreamos los establecimientos donde se desarrolla un videojuego en el que l@s jugadores reciben tokens a cambio de interactuar por un tiempo determinado, los llamados «Play2Earn»? (Ver «Axie Infinity»)

Démosle la vuelta a la tortilla. Volvamos a nuestra esencia de industria turística vacacional: una buena cama, una buena ducha, ocio, gastronomía y tiempo libre. Los nuevos trabajos que se desarrollarán entorno a la web3 serán en su mayoría con el ordenador como herramienta principal. El nomadismo, el vivir en un entorno privilegiado mientras se trabaja será una búsqueda vital de un gran porcentaje de la población en los próximos años.

El desarrollo de la educación online y descentralizada que permitirá más movilidad a familias, junto con los ya consolidados solo travelers y parejas, fomentará esta tendencia que ya está ocupando tantas stories en Instagram. Long stay, co-livings y co-workings ganarán terreno y necesitarán instalaciones, actividades y normativa adaptadas igual que en su momento se desarrolló con el cicloturismo.

En definitiva, todavía estamos en un estadio embrionario de la web3: se está popularizando, comenzando a crear las normas del juego: económicas, legislativas e incluso éticas y morales. Se está desarrollando a sí misma y todavía es pronto para explicar todo a lo que va a poder llegar. Por eso, por el momento elijo decir: «Solo sé que no sé nada… pero lo que depara el nuevo internet es emocionante».

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