La Fundación Impulsa ha analizado el tejido empresarial de Balears y ha estudiado las diferentes ratios de rentabilidad y eficiencia para poder conocer las debilidades y fortalezas de las empresas de las Islas según los diferentes sectores, tamaños de negocio y en cada isla. Ofrece información inédita hasta el momento, ya que permite comparar por primera vez datos de negocio del sector privado a partir de números reales. En 2021 había un total de 101.236 empresas no agrarias, un 1,2% más que en 2019. Destaca el hecho de que, tras la pandemia, se ha incrementado la importancia de las empresas sin asalariados, que han pasado del 55,1% del total al 56,8%, mientras que las que tienen asalariados se han reducido levemente, principalmente porque hay un 21,8% menos de grandes empresas (más de 250 trabajadores) y un 8,2% menos de empresas medianas (entre 50 y 250 trabajadores).
Con los datos que ha recopilado la Fundación Impulsa directamente de los balances empresariales, se han hecho públicos por primera vez datos comparativos sobre las principales ratios que miden la operativa de las empresas de Balears y que permiten afirmar, por ejemplo, que la mayor rentabilidad económica (ROA) en Balears se encuentra en los sectores de la educación (10,1%) y la sanidad y servicios sociales (8,9%) en el año 2021. Por el lado contrario, las actividades financieras (1,1%) y las administrativas (2,3%) son las que presentaron una menor rentabilidad económica. Por islas, las empresas de Formentera (12,8%) presentan una ratio de rentabilidad económica significativamente más alta que las de Eivissa (8,8%), Menorca (8,1%) y Mallorca (3,4%). Y también es posible saber que, al menos en 2021, las pequeñas empresas (7,2%) y las microempresas (5,8%) fueron más rentables que las grandes (3,0%) y medianas (1,7%).
El año 2021 fue de restricciones con motivo de la pandemia de COVID-19 que afectaron al normal funcionamiento de la economía, lo que condiciona los balances empresariales. Por tanto, las ratios no son las propias del tejido productivo balear en condiciones ordinarias de actividad económica, y no será hasta que se publiquen los datos correspondientes a 2022 cuando se tendrá una situación comparable a la de 2019. La base de datos de la Fundación Impulsa segmenta las empresas por tamaño en cuatro tramos, 17 tipos de actividad principal, y por isla en la que se sitúa su sede social. Además de estos ítems, categoriza las empresas según la demografía empresarial (natalidad y mortalidad) y la gestión económico-financiera, relacionada con el seguimiento de la rentabilidad, la eficiencia y el equilibrio financiero a corto y largo plazo.
En total se contabilizan 101.236 empresas con sede en Balears: 72 grandes empresas (0,1%), que tienen 250 o más trabajadores; 446 medianas, de entre 50 y 249 empleados (0,4% del total); 3.470 pequeñas empresas, que son las que tienen entre 10 y 49 trabajadores, y 97.248 microempresas, que suponen el 96,1% del tejido empresarial de Balears. La cifra de negocios de las empresas del sector privado no agrario cayó un 46,7% en 2020. Sin embargo, en 2021 se observa que la rentabilidad empresarial se recupera de manera ágil, especialmente en las unidades de menor dimensión. Asimismo, los datos ponen de manifiesto que las empresas de Balears muestran «buena capacidad» para capitalizar la actividad desde el punto de vista financiero, así como «agilidad» en abandonar los números rojos que tiñeron las cuentas de resultados en 2020, ya que en 2021 la rentabilidad económica (ROA) traspasó a terreno positivo en todos los segmentos empresariales, tanto por sector como por tamaño.
RENTABILIDAD ECONÓMICA. El índice de rentabilidad económica del conjunto de empresas no agrarias de las Islas se ha situado en el 4,2% en 2021, que es aún inferior al dato de 2019 (6,6%), pero permite recuperar el bache de 2020 (-1,7%). En 2016 (7,5%), 2017 (8,2%) y 2018 (7,5%) había sido un poco superior a 2019. La ratio ROA (return on assets) mide la rentabilidad económica total de los activos de la compañía. Es el resultado ordinario antes de intereses e impuestos sobre el activo obtenido por cada segmento del tejido empresarial. Las microempresas (5,8%) y las pequeñas empresas (7,2%) están mucho más cerca del nivel prepandemia, mientras que en el caso de la mediana empresa (1,7%) y en la gran empresa (3%) la ratio está más alejada del resultado del año 2019, ya que una parte significativa de estos segmentos se dedicaban a actividades que fueron más afectadas por la paralización de la operativa habitual. Por sectores, la mayor rentabilidad económica en 2021 se obtuvo en educación (10,1%), sanidad y servicios sociales (8,9%), otros servicios (8,6%), información y comunicaciones (8,1%) y comercio y reparaciones (7,9%).
Las actividades artísticas y de entretenimiento (3%), el alojamiento y la restauración (2,8%), el transporte (4,5%) o las actividades administrativas (2,3%), en las que se incluyen las agencias de viajes, son los sectores más rezagados respecto al ROA prepandemia. Las menores ratios de rentabilidad corresponden a empresas financieras y de seguros (1,1%), administrativas y auxiliares (2,3%), alojamiento y restauración (2,8%), actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (3%) e industria extractiva (3,4%). En cualquier caso, el informe de la Fundación Impulsa señala que la capitalización de la actividad ha descansado casi de forma exclusiva en la recuperación de los márgenes empresariales (8,4% en 2021 frente al -4,1% de 2020) puesto que la rotación, expresada como los ingresos de explotación por unidad de activo, apenas ha variado (0,50 en 2021, frente a un 0,42 en 2020) a remolque de una facturación todavía un 32,6% inferior en 2021 al nivel de 2019.
Desde la Fundación Impulsa consideran que la preservación del equilibrio financiero que se ha conseguido augura un buen punto de partida para acometer nuevos planes de inversión. En este sentido, señalan que el tejido empresarial balear ha logrado atravesar los dos ejercicios más complicados de la pandemia controlando el ascenso de sus ratios de endeudamiento y preservando los principales parámetros de equilibrio financiero. «El hecho de que la actividad de educación y sanidad privadas, no las públicas ya que no las tenemos en cuenta, sean las que obtienen en 2021 una mayor rentabilidad económica pone de manifiesto que estos sectores, que estuvieron menos afectadas por la pandemia, normalizaron su actividad más rápidamente», indica Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa.
MARGEN Y ROTACIÓN. La rentabilidad económica se compone de dos factores, el margen y la rotación. El margen, que indica el resultado ordinario antes de intereses e impuestos sobre los ingresos de explotación, fue en el conjunto de empresas de Balears del 8,4% en 2021. Está en proceso de recuperación tras la pandemia (10,2% en 2016; 10,5% en 2017; 9,6% en 2018; 8,4% en 2019; y -4,1% en 2020). En 2021, el sector de actividad que obtuvo un margen más abultado fue el de actividades inmobiliarias, con un 33,5%. Le siguen las actividades financieras y de seguros (14,4%) y el suministro energético (13,4%). Los sectores con menos margen empresarial fueron en 2021 las actividades administrativas y auxiliares (3,7%), la industria manufacturera (5,7%) y el comercio y las reparaciones (5,9%). Cabe decir que en 2021, el conjunto de actividades que forman el sector industrial obtuvo márgenes iguales o por encima de los de 2019. «El sector inmobiliario vive una época muy buena, es uno de los que obtiene mayores rendibilidades. Mientras que la rentabilidad del sector hotelero ya se ha normalizado a día de hoy. Sin embargo, el margen se ha visto impactado por la inflación de los insumos, cosa que no ha pasado tanto en el caso del sector inmobiliario. Asimismo, la industria extractiva también obtiene un alto margen porque apenas importa materiales de fuera, son canteras que producen aquí y sus márgenes han subido porque el mercado les paga mejor», añade Riera.
La recuperación de los márgenes empresariales es muy diferente según el tamaño de la empresa. En 2021 las microempresas y pequeñas empresas superaron los márgenes de 2019 y de años previos, mientras que las empresas medianas o grandes han presentado más dificultades para recuperar el terreno perdido teniendo en cuenta que sus márgenes cayeron mucho más en 2020. Por otra parte, el índice de rotación, que se define como los ingresos de explotación obtenidos por cada unidad de activo, es de 0,50 en 2021, solo un poco mejor que en 2020 (0,42) y mucho menor que en 2019 (0,78). Tal y como lo define la Fundación Impulsa, es el «número de vueltas que cada segmento empresarial ha sido capaz de dar al activo» a través de la actividad llevada a cabo durnate un determinado ejercicio. En 2021, los sectores con mayor índice de rotación fueron comercio y reparaciones (1,34), educación (1,15) e información y comunicaciones (1,03). Y los sectores con menor rotación son actividades financieras y de seguros (0,08), actividades inmobiliarias (0,13) y alojamiento y restauración (0,23).
RENTABILIDAD FINANCIERA. La rentabilidad financiera o ROE (return on equity), que mide el beneficio empresarial en relación con los recursos propios, es en Balears del 7,3% de media, también inferior a 2019 (11,8%) pero mucho mejor que en 2020 (-5,6%). Se define como el resultado ordinario después de intereses y antes de impuestos sobre el patrimonio neto obtenido por cada segmento del tejido empresarial. «A este resultado ha contribuido un coeficiente de apalancamiento financiero que ha multiplicado por 1,75 veces la rentabilidad económica, lo cual recupera el impacto positivo de la estructura de endeudamiento sobre el retorno de una inversión que ha logrado capitalizar la actividad (4,2% de ROA) por encima del coste financiero (1,6%)», se indica. Y es que en 2021 los tipos de interés todavía no habían aumentado. El suministro energético (54,5%) fue en el año 2021 el sector con mayor rentabilidad financiera, seguido de la educación (26,1%), sanidad y servicios sociales (16,6%), información y comunicaciones (15,8%), y comercio y reparaciones (14,5%). En el caso de la rentabilidad financiera, también se da la circunstancia de que el retorno final de la inversión de la pequeña empresa (11,9%) y la microempresa (8,4%) ha superado el ROE de la gran empresa (5,9%) y la mediana empresa (1,9%). En 2019, todos los segmentos presentaron un ROE negativo: -0,9% las microempresas, -3,8% las pequeñas empresas, -6,7% las grandes y -11,9% las medianas.
INVERSIÓN. La tasa de renovación del inmovilizado material e inmaterial, que muestra la inversión, es positiva en todos los sectores no agrarios, con un 4% en el conjunto de empresas de Balears que, no obstante, es inferior al 10% del periodo 2017-2019. La industria extractiva (16,6%), las actividades administrativas y auxiliares (14,7%) y el sector de información y comunicaciones (12,9%) presentan las ratios más altas, mientras que la menor inversión es la que hacen las empresas de alojamiento y restauración (3,3%), actividades inmobiliarias (3,9%), otros servicios (4,4%) y actividades profesionales, científicas y técnicas (4,8%). La Fundación Impulsa destaca en su último informe que el sector privado no agrario ha logrado atravesar los dos ejercicios más complicados de la pandemia, 2020 y 2021, controlando el ascenso de sus ratios de endeudamiento y preservando los parámetros de equilibrio financiero. La ratio de endeudamiento es de 2,22 euros exigibles frente a terceros por cada euro disponible de fondos propios, una proporción que aumenta ligeramente tanto frente a la de 2020 (2,17 euros) como a la de 2019 (2,04). Por sectores, las empresas de suministro energético son las más endeudadas (9,26), seguidas de las de actividades administrativas y auxiliares (3.63), educación (2,79), agua, saneamiento y reciclaje (2,79) y transporte y almacenaje (2,59). Las menos endeudadas en 2021 eran las empresas de industria extractiva (1,35), actividades inmobiliarias (1,38), actividades profesionales, científicas y técnicas (1,42) y actividades financieras y de seguros (1,45). El coste financiero se ha mantenido relativamente estable, en un 1,6%, dos décimas más que en 2019.
LIQUIDEZ Y SOLVENCIA. La liquidez es el cociente entre el activo corriente y el pasivo corriente. Mide la capacidad de una empresa para hacer frente a sus compromisos de pago a corto plazo. La ratio de liquidez en 2021 era de 1,5 para el conjunto de las empresas no agrarias de Balears, el nivel más elevado de los últimos seis años. La mayor liquidez se presentaba en la industria extractiva, con un 2,77, y la menor, en alojamiento y restauración, un 1,05. Mientras que la solvencia mide la capacidad de una empresa para hacer frente a sus compromisos de pago a largo plazo y se calcula como el cociente entre el activo y el pasivo. La ratio de solvencia fue de 1,82 en 2021, que ha disminuido frente al 1,96 de 2019 y el 1,86 de 2020. Los sectores con una mayor ratio de solvencia fueron, de nuevo, industria extractiva (3,85), actividades inmobiliarias (3,66) y actividades profesionales, científicas y técnicas (3,41). Las empresas que menor solvencia presentaron fueron las de suministro energético (1,12), actividades administrativas y auxiliares (1,38), y educación y suministro de agua, saneamiento y reciclaje (ambas con un 1,56).
PRODUCTIVIDAD LABORAL. La productividad del trabajo mide la capacidad de aprovechamiento de los recursos humanos disponibles en la empresa. Se expresa como el valor añadido bruto en euros generado por cada trabajador en cada segmento económico. En 2021, fue en Balears de 49.392 euros. El sector de suministro energético fue el que presentó una mayor productividad del trabajo (395.806 euros), seguido de la inmobiliaria (135.333 euros). Los sectores con menor productividad laboral fueron las actividades administrativas y auxiliares (29.049 euros) y otros servicios (32.415 euros). Mientras que el coste laboral unitario, que es el gasto de personal asumido por cada unidad de valor añadido bruto generado por un trabajador, es de 0,64 euros de media. El mayor coste laboral unitario se encuentra en la educación, con 0,84 euros por unidad de valor añadido, y el menor es el del sector energético, con 0,24.