La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) ha mantenido siempre un compromiso firme con el territorio y con la ciudadanía. Nuestra trayectoria lo demuestra. Desde hace cinco décadas trabajamos para que la actividad turística, motor de prosperidad, se desarrolle en equilibrio con las necesidades de quienes aquí vivimos. Por eso, haber sido la primera patronal territorial en adherirnos a la iniciativa «Turismo que suma», promovida por Exceltur, no es una reacción coyuntural. Es la consecuencia lógica de nuestro carácter pionero y de seguir una hoja de ruta coherente. Más allá de una campaña, se trata de traducir el discurso en acción.
En los últimos años en Balears se ha generado un discurso interesado en torno al turismo, alimentando polémicas, distorsionando realidades, obviando la cuestión demográfica y de un más que necesario dimensionamiento de infraestructuras y servicios a la realidad del archipiélago, pero sin alinear y conciliar posiciones y obviando la planificación y la gestión como elementos decisivos. En la FEHM hemos elegido un camino exigente: actuar en lugar de limitarnos a sostener un relato. En coherencia, con la voluntad de actuar cuando detectamos un problema, hemos respondido para atajar el malestar y la percepción en los mercados emisores principales de no sentirse bienvenidos en la isla a tenor de las informaciones que se publican en los medios de comunicación y en las redes sociales en relación con el turismo. Así, no dudamos en agradecer a los turistas que nos elijan frente a otras muchas opciones y trasladarles nuestra hospitalidad y voluntad de fidelizarlos.
La experiencia nos demuestra que el debate no debe ser cuántos turistas vienen, sino cuándo, dónde y cómo generar más valor. La evidencia es clara: la oferta alojativa hotelera es la que más contribuye a la economía. Quiero destacar nuestra contribución en crear empleo regulado y estable, invertir de manera continua en la modernización de nuestros establecimientos, generar sinergias con proveedores locales y cumplir con las normas laborales y fiscales. En cambio, el crecimiento descontrolado del alquiler vacacional —legal e ilegal— ha tensionado infraestructuras, ha dificultado la convivencia y ha agravado el problema de la vivienda. Lo que genera problemas no es la actividad turística en sí, sino la carencia de tener la capacidad definida y los límites claros y de impulsar más y mejor gestión. Mallorca tiene una capacidad finita, y gobernarla con responsabilidad exige planificación, datos, recursos y decisiones valientes.
El futuro exige responsabilidad compartida. No se trata de «morir de éxito», sino de gestionar un éxito saludable, con equilibrio, prosperidad y respeto a la calidad de vida de los residentes. Complementariamente a la acción con nuestros grupos de interés, elegimos sumarnos a una iniciativa que pone al residente en el centro y conecta con lo que siempre hemos defendido: un modelo turístico sostenible en el tiempo y que genere más valor y que incremente las cotas de bienestar. Con las 23 asociaciones hoteleras integradas en la FEHM trabajamos en cuestiones como la limpieza, la seguridad, la movilidad, el litoral o las infraestructuras que inciden directamente en la vida cotidiana de quienes residimos y quienes nos visitan.
Nuestra hoja de ruta es consistente, no improvisamos. Hoy más que nunca, Mallorca demanda equilibrio, gestionar las externalidades del turismo pensando en clave de sostenibilidad presente y futura, una planificación estratégica para afrontar la transformación y dotación de medios económicos, humanos y materiales para lograrlo. La patronal hotelera está decidida a consolidar su compromiso y a avanzar juntamente con los actores relevantes del destino que compartan esta visión.