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Perfil

El ocaso de la "princesa"

Maria Antònia Munar - Archivo

| Palma |

Maria Antònia Munar ha sido siempre la primera en todo: primera alcaldesa balear con 24 años, primera presidenta del Consell de Mallorca y la primera presidenta del Parlament, trayectoria que le ha valido el apelativo de "princesa" en los medios políticos insulares, y le ha llevado a un trono al que hoy ha dicho adiós tras ser señalada por su propio delfín.

Tras dimitir como presidenta del Parlament balear, Munar deja una larga vida política matizada por las luces de sus éxitos personales y las sombras de la legislatura pasada, salpicada por numerosos casos de corrupción, en dos de los cuales figura como imputada: "Can Domenge" y "caso Maquillaje".

En esta ocasión Munar no ha sido la primera en marcharse de la presidencia del Parlament, pues lo hicieron en su día el popular Cristofol Soler, para sustituir a Gabriel Cañellas al frente del Govern de la comunidad autónoma; y el socialista Antoni Diéguez, que ocupó el cargo mientras se definía el pacto de la actual legislatura.

Fue, eso sí, la pionera en presidir un partido político en Baleares, Unió Mallorquina (UM), que dirigió desde 1992 hasta 2007 y que dejó en manos de Miquel Nadal, su protegido, ahora imputado en tres casos de corrupción y el mismo que hoy la ha acusado de corrupción ante el juez que instruye el "caso Maquillaje".

En su currículo reluce también que fue consellera en un Gobierno balear, en concreto de la cartera de Cultura, gracias a un pacto con el Partido Popular (PP) que entonces dirigía Gabriel Cañellas.

Pero lo que ha elevado a esta barcelonesa, de 54 años y doctora en Derecho, al trono de Baleares ha sido su capacidad para sacar el máximo provecho a su presencia minoritaria en las instituciones convirtiendo a UM en un partido bisagra fundamental para poder gobernar en las islas.

Munar estrenó sillón en el Parlament el 26 de junio de 2007, gracias a un pacto con la izquierda -el PSIB-PSOE y el Bloc per Mallorca (coalición formada por los nacionalistas del PSM, EU-EV y ERC)- que se rompió el pasado 5 de febrero.

Roto el equilibrio, la presencia de UM en las instituciones de las islas se vino abajo y el trono de la "princesa" empezó a tambalearse bajo las peticiones de diversos partidos y colectivos sociales que demandaban su dimisión como presidenta del Parlament, debido a sus dos imputaciones por presunta corrupción.

Su anterior pacto, que firmó con el PP y que la llevó a la presidencia del Consell, la ha perseguido durante estos dos años de legislatura, aunque ella intentó desvincularse y elevarse a un nuevo plano dejando el trabajo duro en manos de Nadal y del partido.

Ésa era la tercera vez consecutiva que accedía a la presidencia de la institución insular, que ocupó por primera vez en 1995, gracias a una alianza con los partidos de la izquierda, que permitió convertirla en la primera mujer en presidir el Consell mallorquín y que se repitió cuatro años más tarde.

Para ser hasta siete veces consecutivas alcaldesa de la localidad mallorquina de Costitx, sin embargo, no precisó pactar con otros partidos, pues en todas las convocatorias electorales obtuvo la mayoría absoluta.

La primera vez que accedió a la Alcaldía de este municipio que ahora tiene unos mil habitantes, tras las primeras elecciones de 1979, Munar se convirtió, con 24 años, en la alcaldesa más joven de España y en la única de Baleares en tener este puesto, situación esta última que se repitió durante dos mandatos.

Entre 1987 y 1992, fue consellera de Cultura, Educación y Deportes en el Govern balear del entonces presidente balear Gabriel Cañellas, convirtiéndose así en la primera mujer de Baleares en ocupar un cargo de estas características. Tras una serie de desavenencias, Cañellas destituyó a Munar del cargo.

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