El ligero crecimiento de la actividad económica en el último cuatrimestre de 2013 en Balears no se vio correspondido por el cambio de tendencia en la estrategia bancaria en cuanto a la inversión crediticia, puesto que descendió en torno a los 4.667 millones respecto a 2012 y en 9.119 millones en comparación con 2011.
Tanto la CAEB como la PIMEM y el propio Govern coinciden en señalar en que las entidades financieras tienen que comenzar a dar crédito para consolidar el crecimiento económico y que fluya el dinero de los bancos a lo largo de 2.014 y 2015 en el tejido productivo balear.
Las pequeñas y medianas empresas son, según CAEB y PIMEM, las que más ayuda necesitan en la actual coyuntura, principalmente para disponer de liquidez y hacer frente a pagos a proveedores.
«El hecho de haber tenido una buena temporada turística en 2013, ayudó a mejorar la situación contable de las empresas. Ahora, con las previsiones que hay para la actual temporada turística, con récord de visitantes, ocupación y gasto turístico, los bancos tienen que cambiar de estrategia y acompañar esta mejoría con una apuesta clara por las empresas de las Islas», coinciden en señalar desde CAEB y PIMEM.
Depósitos al alza
Si en materia crediticia ha habido una ralentización, no sucede en lo mismo en cuanto a la captación de dinero por parte de las entidades.
El último informe del Banco de España refleja una evolución positiva desde 2011, con un aumento de los depósitos bancarios en las Islas cercano a los 1.500 millones (ver gráfico adjunto).
El pasado ejercicio acabó con 20.265 millones en las entidades bancarias que operan en las Islas, frente a los 18.798 millones de 2010 y 18.734 de 2011.
La tendencia para el presente año, según las indicaciones del Banco de España, es que los grupos bancarios y bancos van a cambiar de dinámica, aunque los representantes de las entidades puntualizan que el crédito fluirá en aquellos sectores que estén saneados y sin deuda.
Los bancos no olvidan que en estos momentos el nivel de morosidad supera el 12 %, de ahí que cada año tienen que incrementar sus partidas para provisiones con el fin de cubrir este tipo de riesgos y no verse afectados por los requerimientos del Banco de España para controlar los créditos de riesgo. El sector inmobiliario sigue siendo, por este motivo, el más perjudicado por esta situación desde finales de 2007.