Se debate en las redes sociales que Banksy, el artista urbano más famoso y cotizado del planeta, podría haber intervenido en la Avinguda Comte de Sallent número 16 de Palma. Nadie se ha atrevido a acreditar si es original o no, dado que su figura, envuelta en un áurea de misterio permanente, siempre da pie a generar dudas sobre su autenticidad.
La estampa es la de un niño subido a un taburete y orinando en un inodoro que emula a La Fuente que Marcel Duchamp firmó como R. Mutt en 1917. Encima del retrete se puede leer: The great pees of art, cuya traducción sería El gran pipí de arte, aunque se interpreta que se refiere, por la pronunciación, a La gran pieza de arte.
Al artista británico le agrada improvisar. Su último experimento, en 2013, fue vender su obra en las calles de Nueva York a través de un comerciante ambulante. Eran piezas que se podían adquirir por unos 40 euros y cuyo valor real ascendía a miles.
El misterioso grafitero, que nunca ha revelado su identidad, es autor de obras como la de un manifestante lanzando un ramo de flores como si fuera un cóctel molotov, subastada en junio del año pasado por 194.000 euros.