Los bancos que operan en Baleares están restringiendo al máximo la concesión de créditos en lo que va de año a empresas y particulares al haber incrementado el Banco de España los controles a las entidades financieras, todo ello con el objetivo de evitar impagados por los bajos tipos de interés que imperan.
En el comparativo del segundo trimestre con el primer trimestre de 2018, los bancos únicamente han concedido en las Islas 145 millones en créditos de abril a junio «lo que da una idea de la nueva política bancaria, que prima ante todo su saneamiento antes que enfrascarse en proyectos inversores que pongan en riesgo de nuevo el sistema bancario», puntualiza el director de la Fundació Impulsa Balears, Antoni Riera.
Riera puntualiza que se ha cortado de raíz de la dinámica que imperaba hasta el inicio de la crisis económica en Baleares, «ya que por cada euro en depósito se concedían 2,4 euros en créditos, lo cual era insostenible. Ahora, como consecuencia de la crisis y reestructuración bancaria hay un cierto temor latente ante una nueva recaída de la economía mundial y la vulnerabilidad del actual sistema marcado por el aumento de la deuda pública a nivel autonómico y estatal».
El problema que subyace con esta estrategia y que ha hecho variar la tendencia de 2017 en Baleares, según Riera, «es que la economía balear acumula ciertos desequilibrios desde el inicio de la crisis en 2007».
Consumo
El director de la Fundació Impulsa afirma que a menor inversión crediticia bancaria «en el otro lado de la balanza se aprecia un descenso del consumo, ya que las familias de las Islas priorizan en estos momentos amortizar deuda pendiente antes que volver a endeudarse».
La banca, por su lado, «quiere estar lo más saneada posible e incrementar su rentabilidad, aunque ello sea a costa de reducir sus activos crediticios por apostar por otros productos financieros».