El precio al que se ofertan las viviendas de Balears, tanto de compra como de alquiler, está sobredimensionado. Así lo indicó ayer el presidente de la Associació Balear de Serveis Immobiliaris (ABSI), Antoni Gayá, quien aseguró que uno de los «grandes problemas» es que es el precio real de la vivienda «no tiene nada que ver con el precio de mercado». En concreto, la vivienda que se oferta en las Islas está entre un 20 y un 30 por ciento por encima de su valor real, algo que no ocurre solo en Palma sino en todo el Archipiélago, según Gayá.
Este desajuste se nota, sobre todo, en la venta. En este sentido, los integrantes de ABSI explicaron que las operaciones de compraventa se materializan a un precio por debajo del anunciado y que así se refleja en las estadísticas del Colegio de Registradores de la Propiedad. Asimismo, señalaron que muchos de los inmuebles que se ofertan por encima de su valor y cuyos propietarios no quieren bajar de precio «acumulan meses anunciándose y no se venden».
Por contra, en el caso del alquiler, pese a que los precios también están sobredimensionados, «se alquila todo al precio que pone el propietario». Sobre esta cuestión, Gayá recordó que confluyen dos circunstancias que contribuyen a encarecer el precio: por una parte, el alquiler turístico, que pese a ser ilegal en pisos en Palma, se sigue llevando a cabo; y, por otro, que muchos propietarios optan por el alquiler de temporada, de modo que alquilan sus viviendas a trabajadores que vienen de fuera de la Isla y que hasta seis personas comparten vivienda. «Cada inquilino puede pagar 200 o 300 euros al mes, pero el precio final es muy elevado», dijo Gayá.
Sin limitar el alquiler
En opinión de ABSI, es necesario dotar de mayores garantías a los propietarios para que destinen sus viviendas al alquiler a largo plazo. De ahí, que soliciten una reunión con el conseller de Mobilitat i Habitatge, Marc Pons, para tratar esta cuestión y atajar la problemática del alquiler en las Islas.
Aunque reconocen que la solución no es fácil, entienden que no pasa por limitar el precio de las viviendas de alquiler porque «lo único que hará será empeorar la situación porque muchos propietarios dejarán de percibir una rentabilidad y sacarán su vivienda del mercado, por no asumir riesgos innecesarios al no obtener rentabilidad, y habrá menos oferta». Entre las medidas que proponen, figuran dar ayudas económicas a los inquilinos e incentivos fiscales a los propietarios, lo que, a su parecer, «promovería una bajada de los precios por el aumento de la oferta».