Del mismo modo que sucedió con la visita de los Reyes de España a Petra (Mallorca), el desplazamiento de la Familia Real a las instalaciones de Coinga en la vecina Menorca se saldó con discorformidad e indignación, al menos por parte de uno de los dos sectores presentes. Las decenas de manifestantes antimonárquicos que se concentraron con banderas republicanas, comunistas e independentistas con motivo de la visita del Rey Felipe VI a la Isla censuraron que se les apartara a un irrelevante segundo plano, muy lejos de donde los monarcas discurrían junto a todas las personas que los acompañaban.
Algunas voces lamentaron la organización del dispositivo de seguridad de los Reyes en Baleares, apuntando que obstaculizó su derecho a manifestarse y a mostrar oposición a la mencionada visita. Del mismo modo que lo expresado por la plataforma Arruix Borbons en Mallorca, lamentan un trato muy diferente con los constitucionalistas y partidarios de la unidad de España, que estos sí pudieron situarse muy cerca de los monarcas, acompañados por la Guardia Civil.
Este manifestante republicano entrevistado por Cinc dies de IB3, por ejemplo, definió claramente lo vivido en Menorca con motivo de la visita de los Reyes. «Nos tienen miedo, tienen miedo de que agredamos, que nos manifestemos. No nos dejan ejercer nuestros derechos e intentan justificarlo», asegura.
También cargó contra el supuesto Gobierno más progresista de la Democracia en España por permitir este trato a las personas que pretenden mostrar públicamente su rechazo a una institución, la monarquía, que consideran marcada por la duda, tras la salida de Juan Carlos I del país.