El portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Baleares, Javier Arranz, considera que ante la presencia de la cepa británica del coronavirus y hasta que se puedan conocer sus repercusiones, las restricciones vigentes en las islas deben atenuarse de forma lenta.
Arranz ha explicado en una rueda de prensa que los estudios realizados hasta el momento sobre dicha cepa indican que es más transmisible y que, una vez ha aparecido, en cuestión de semanas puede convertirse en la predominante.
Una vez reconocida su presencia en Baleares, ha indicado que quedarían unas semanas de margen: «Cuanto más bajos estemos, menos afectación deberíamos tener en número de casos por la presencia de esta cepa».
Además de tener una incidencia lo más baja posible, según Arraz también es necesario reducir la transmisión cumpliendo las medidas que han sido más útiles hasta ahora.
Ha asegurado que las restricciones que están en marcha en la actualidad «funcionan».
«Cuanto mejor apliquemos las medias de protección más seguros estamos», ha insistido.
Según Arranz, las restricciones funcionan en Mallorca y empieza a vislumbrarse que funcionan en Ibiza, por lo que «lo más difícil es cómo quitarlas». «Hemos aprendido que debe ser de forma lenta porque si se hace de manera brusca no se baja la incidencia acumulada y tenemos gran transmisión», ha indicado.
«Con la cepa británica hay que quitar las restricciones de una forma pausada, analizar cuáles se puede hacer de una forma más segura y hacerlo con mucha tranquilidad. Eso permitirá ver dentro de semana o meses tener una vida más normal, con más personas vacunadas, y una actividad económica, social y de familia mucho más normal y con más seguridad que el verano pasado», ha afirmado.
La consellera de Salud y Consumo, Patricia Gómez, ha indicado que por el momento está previsto mantener las medidas y ha recordado que mañana el Govern aprobará la elevación a nivel de riesgo 4 ampliado en Formentera.
Arranz se ha referido también al proceso de vacunación y ha explicado que ya hay estudios que revelan que la administración de vacunas en las residencias de ancianos «está disminuyendo el número de infecciones nuevas en las residencias».