Quince meses después de que el nuevo coronavirus pusiera en alerta sanitaria al mundo, comienza a debatirse en España, y también en Baleares, la posibilidad de retirar el uso obligatorio de la mascarilla al aire libre ante la evolución positiva de los contagios y el avance de la vacunación. Esta herramienta de protección frente a la COVID-19 seguirá, no obstante, entre nosotros durante un tiempo, según los expertos; y más aún en el ámbito sanitario. El Govern balear ha invertido desde marzo de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó la pandemia, un total de 21.892.097 euros en la compra de mascarillas.
La adquisición de protección facial no ha sido fácil, especialmente en la primera mitad de lo que llevamos de crisis, ni siempre al mismo precio. Cabe recordar que en los primeros meses de la pandemia el mercado internacional sufrió una importante falta de stock y el mundo pedía ayuda a China para obtener mascarillas, ya no sólo para el personal sanitario, también para la población, ya que se ordenaba el uso obligatorio de ésta en muchos países.
España se movilizaba para garantizar la compra de este material, también de EPIS y guantes, y Baleares incluso utilizaba sus contactos para garantizar la llegada de equipos para proteger a los profesionales sanitarios ante un virus del que entonces conocíamos poco, más allá de su alto poder de contagio. La escasez de productos en todo el mundo llevó a movilizar al Ejército a la producción, el Gobierno de España incentivó la producción de mascarillas a diversas empresas y otros tantos empresarios se lanzaron a la producción en menor o mayor escala.
Ante la escasez de material sanitario para luchar contra la COVID-19, en todod los países se llegó a pagar cantidades que, sin duda, se tacharían en cualquier otro momento de desorbitadas por una mascarilla. Los ciudadanos lo notamos en la compra a pequeña escala y para uso personal en las farmacias, en algunos momentos totalmente desabastecidas o con incremento porcentual del precio abrumador.
En Baleares, el Govern cerró numerosas compras y en la memoria tenemos grabada las imágenes de la llegada en aviones de distintos cargamentos de mascarillas, en momentos de extrema necesidad. Desde el mes de marzo de 2020 hasta el 9 de junio de 2021, Salut ha destinado casi 22 millones a comprar concretamente mascarillas quirúrgicas, y también tipo FFP2 y FFP3, una inversión que todavía a día de hoy le permite tener un importante stock almacenado para meses.
Con el mercado, la producción y la distribución ya estabilizadas, la compra de mascarillas, de los tres tipos, ha adquirido unos precios normalizados. En estos quince meses de pandemia, Baleares, a través de la Central de Compras, han adquirido un total de 33.427.321 unidades de mascarillas quirúrgicas por una valor de 15,6 millones de euros. En este mismo período de tiempo, se han destinado 5.742.969 euros a mascarillas FFP2; y 556.692 euros a FFP3.