Sube la gasolina y el diésel. Sube el precio de la electricidad y del gas. Sube el precio de la carne y el pescado, y hasta el aceite parece haber pasado a engrosar la lista de productos de lujo. El IPC cerró enero en un 6,1 mientras que en febrero llegaba al 7,6 %. Los precios acumulan así 11 meses por encima del umbral del 2%, objetivo del Banco Central Europeo, y rondan su nivel más alto de las últimas tres décadas. Y lo más duro de todo, según las patronales, lo peor está por llegar, y ya auguran que el IPC de los próximos meses superará el 10 %.
CAEB y PIMEM admiten que las consecuencias del impacto de la guerra nos tocará directamente este mismo mes de marzo. Y no existe consenso sobre cuándo terminará esta espiral de encarecimiento del coste de la vida, si bien la mayoría confía en que los incrementos de precios mantendrán su tendencia alcista hasta la segunda mitad del año. Será un mazazo para el bolsillo de los hogares ya que los salarios no crecerán igual.
El miedo al desabastecimiento, causado por una hipotética huelga de los transportistas que en Baleares ya se ha confirmado que no se va a llevar a cabo, así como la psicosis por el aumento del precio de los alimentos, nos ha hecho vivir una jornada de viernes caótica, que recordaba a los días previos al anuncio del confinamiento y el estado de alarma, que llevó a miles de personas a correr a los supermercados a aprovisionarse de todo tipo de alimentos y productos. Muchas veces, sin necesidad de hacerlo.
La Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT) ha garantizado el suministro de todo tipo de productos y los distribuidores indican que con la actual coyuntura no hay problema alguno, salvo el acaparamiento que se está produciendo de forma puntual por desinformaciones en algunos supermercados. Aún así, este viernes por la tarde se produjeron largas colas en las grandes superficies de alimentación de personas que hacían acopio para los próximos días.
Por eso, el sector ha hecho un llamamiento a la calma y ha subrayado que Baleares no va a sufrir las consecuencias de la huelga, pero un falso mensaje que se difundió a través de WhatsApp ha terminado creando temor a la escasez de alimentos y productos de primera necesidad durante los próximos días entre los ciudadanos. Y constatan que la falta de productos, sobre todo frescos como carne y verduras, también de pasta y arroz, no se debe a la falta de suministro sino a la gran afluencia de gente que ha acudido a comprar durante esta jornada.