La pandemia y el temor a las subidas fiscales dispararon las donaciones de viviendas el año pasado, en el que Balears marcó un récord histórico con 2.141 operaciones cerradas. La fiebre no ha remitido y esa cifra puede ser rebasada este mismo año a tenor de los registros del primer semestre. De enero a junio ya se han producido 1.078 donaciones, poco más de la mitad que el año pasado. De ese modo, se puede presumir que se mantendrá el incremento de más del 40 % de operaciones que 2021 supuso respecto al año anterior cuando se registraron 1.505 donaciones, según los datos del Institut Balear d'Estadística (Ibestat).
El número anual de donaciones de vivienda ha ido experimentando un crecimiento continuo desde 2017 (1.368), que prácticamente duplicó las cifras de 2016 (651). Pero la verdadera explosión se produjo el pasado 2021, espoleada por el temor a la COVID y, sobre todo, al catastrazo que esperaba a la vuelta de la esquina, concretamente el 1 de enero de 2022. Desde entonces, el nuevo valor de referencia catastral aprobado por el Gobierno es la base imponible del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) o el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD), sustituyendo de ese modo el valor real o de mercado. El resultado ha sido el que se veía venir: un aumento de las valoraciones de los inmuebles que se donan y por lo tanto una tributación mayor.
La aprobación de la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude implicó igualmente minimizar beneficios fiscales y endurecer la tributación (si bien se suavizaron in extremis las condiciones mediante enmiendas en el Senado). El aumento de donaciones en Balears no dejó de ser un reflejo del de toda España (25.062, también máximo histórico), aunque el caso del archipiélago fuera de los más exagerados: fue la quinta comunidad con más donaciones y el repunte interanual (43 %)quedó muy por encima de la media estatal (25 %).
No obstante, persisten los temores a nuevos hachazos fiscales, especialmente el derivado de una armonización fiscal que perjudicaría a las autonomías más beneficiadas actualmente. De cualquier modo, en el caso del archipiélago balear confluye un factor extra como acicate de las donaciones, que no es otro que la dificultad para el acceso a la vivienda. Así lo apuntan algunos expertos del sector inmobiliario, entre ellos, la presidenta de la Asociación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears (API), Natalia Bueno, quien opina que la donación en vida «constituye una buena fórmula» para ahorrarse problemas en el futuro y para que, aquellas familias que pueden permitírselo, solucionen al menos a sus descendientes un problema que se está enquistando en la sociedad balear y para el que no se auguran soluciones cercanas.
El apunte
Tasas de entre el 7 % y el 34 % para todos los grados de parentesco
Punto de vista
¿Confiscación?
Germà VentayolLas claves
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La nueva ley permite revocar la donación
La revisión del ISD aprobada el pasado mes en Baleares permite al donante revocar la donación en determinadas circunstancias. Por ejemplo, en el caso de comportamientos reprobables por parte del donatario después de haber recibido la propiedad o el dinero.
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Los testamentos se multiplican
El número de testamentos en el conjunto del Estado alcanzó los 723.642 en 2021, lo que supuso un aumento de 92.406 (un 14,6 % más) respecto al año anterior, según precisó el Consejo General del Notariado. Es la mayor subida interanual registrada nunca.
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Las herencias aún son la opción preferida
Pese a que la donación ofrece algunas ventajas, en comparación las herencias siguen siendo el tipo de transmisión patrimonial más recurrido a excepción de la compraventa. El año pasado se cerró con un total de 3.611, mientras que en 2022 ya se han realizado 1.776.
Un impuesto, aunque sólo fuese del 1%, sobre una herencia de padres a hijos, ES UN ROBO VERGONZOSO E INTOLERABLE que ninguna sociedad moderna y medianamente ilustrada debería tolerar. Nadie con dos dedos de cerebro debería votar a ningún político que no esté radicalmente en contra de semejante tomadura de pelo a la ciudadanía.