El programa de vacaciones de la tercera edad del Imserso se pone a la venta el próximo día 20, con el objetivo de que los primeros turistas lleguen a las Islas a lo largo de la primera quincena de octubre. El problema radica en que la subvención que da el Estado por turista y día en régimen de pensión completa, 23,50 euros, no cubre los costes y ello ha provocado que hoteleros de Mallorca, Menorca y Eivissa hayan anunciado que renuncian al programa en las actuales condiciones económicas. Mundiplan, el operador adjudicatario de la zona de Balears, no encuentra las plazas hoteleras suficientes para poder dar salida a las más de 180.000 plazas que hay asignadas para las Islas, de ahí que no podrán comercializarlas al no tener los hoteles suficientes.
Desde Mundiplan, pese a ser requeridos por esta cuestión, mantienen un silencio administrativo. El número de hoteles en las Islas que en anteriores ediciones colaboraban con este programa ascendía a 44, pero a fecha de hoy la cifra no llega a un tercio. En Mundiplan y en el Imserso hay nervios por el escándalo que se puede montar a partir del día 20 de septiembre, cuando tengan que decir a los beneficiarios del programa que no pueden viajar por falta de hoteles.
La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), ante esta coyuntura, afirma que «se precisa una actualización profunda no solo en materia de precios sino en la reformulación de los perfiles y actividades, porque ciertamente los usuarios del Imserso no tienen las mismas condiciones físicas, intereses y capacidad económica que hace 40 años». La vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, María José Aguiló, enfatiza que la participación en el programa «es voluntaria de libre decisión de las empresas y su adhesión al mismo depende de la conveniencia y el interés de cada una».
Aguiló puntualiza que, «en caso de que no haya una mejora sustancial, el programa va perdiendo atractivo y, por tanto, está en manos de los impulsores que esto tenga viabilidad y continuidad». Sobre la actitud de la Generalitat de Valencia, la FEHM señala: «El hecho de que los déficits del programa no se cubran y se tengan que dar soluciones territoriales para compensar desequilibrios económicos, en nuestra opinión puede generar también desequilibrios territoriales. Cada comunidad fija sus prioridades y en Baleares deben saber qué importancia le confieren a este programa». Aguiló enfatiza que la esencia del programa sigue siendo buena, «pero no se ajusta a la realidad social y económica del momento, de ahí que quien lo ha puesto en riesgo son los propios promotores».