El Parlament aprobó ayer los Presupuestos de la Comunitat Autònoma para el próximo año. Para los partidos del Govern estas cuentas públicas –que ascienden a 7.133 millones de euros, un 11,5 % más que este año– son los primeros de la próximas legislatura. Es algo que ya indicó Armengol en el debate de política general y algo que ayer repitió, tanto la presidenta como la consellera Rosario Sánchez y otros representantes de los partidos de izquierda.
El análisis delos partidos de la oposición es diferente. Consideran que con ellos se agotan los años de Govern del Pacte. El próximo año se celebran elecciones. Según la portavoz de Ciudadanos, Patricia Guasp, «son los últimos de Armengol».
Las cuentas aprobadas ayer salen con cambios mínimos del debate. Un debate que pasó primero por la discusión de las enmiendas en comisión y que ha continuado con una sesión de tres días, conselleria por conselleria y sección por sección. Sumando todo el proceso (desde que el proyecto entró en la Cámara hasta que se dieron por aprobados ayer) se han aceptado 271 enmiendas, 38 durante los últimos 3 días.
El escudo social
Los cambios son mínimos, sobre todo si se cualifican económicamente: si las cuentas autonómicas suman 7.133 millones, los cambios introducidos en la compleja tramitación suponen un movimiento de 35,6 millones. Hay enmiendas de cierto impacto (como la que supone bajar los impuestos por las donaciones de pisos que presentó el PP y luego fue transaccionada por los demás partidos) que no tienen un reflejo económico. Antoni Costa, portavoz de los ‘populares', echó mano del lenguaje de la Lotería y dijo: «El Gordo era la reforma fiscal y al PP le ha tocado sólo la pedrea».
Para la consellera de Hisenda,Rosario Sánchez, «estamos en un paso más, impulsando nuestro modelo social y económico». Y añadió que «es sintomático el apoyo que tiene el Govern» y que «yo creo que es bueno para Balears que siga teniendo un pacto de izquierdas». Durante toda la tramitación, los partidos de izquierda han comparado las cuentas de 2023 a un «escudo social».