Balears lidera en España la densidad de puntos de recarga de vehículos eléctricos. Según los últimos datos disponibles de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), correspondientes al tercer trimestre de este año, Balears cuenta con un indicador de 9,2 puntos de recarga por cada cien personas de población motorizable. El indicador español es de 5, por lo que el dato balear casi duplica la media estatal. A las Islas les siguen Catalunya, Navarra y Castilla y León, con 7,8, 6,4 y también 6,4, respectivamente, lo que indica que el liderazgo balear podría calificarse de destacable. De las 17 comunidades autónomas, dejando aparte Ceuta y Melilla, que ocuparían las últimas posiciones, 11 no llegan a 5.
También con datos de Anfac correspondientes al tercer trimestre de 2022, Balears cuenta con 833 puntos de recarga de acceso público. Como tales se consideran los puntos públicos y los que, siendo privados (por ejemplo, en las gasolineras), están abiertos a cualquier usuario. Precisamente, la Conselleria de Transició Energètica anunció ayer la convocatoria de subvenciones por un valor total de 6 millones de euros, dirigida a entidades públicas, para instalar puntos de recarga semirrápida.
Con un plazo que se prolonga hasta el 30 de junio de 2024, la Conselleria prevé que estas ayudas permitirán la instalación de otros 500 puntos de recarga, por lo que el número en las Islas ya superaría los 1.300. Con estas ayudas se puede subvencionar adicionalmente la instalación de pérgolas fotovoltaicas y sistemas de acumulación de iones de litio.
Con los 500 puntos de recarga previstos, se podría llegar a más de 1.700 de acceso público y superar los 3.000 en tres años. Transició Energètica considera que Balears, por su pequeño tamaño, es un territorio idóneo para el fomento del vehículo eléctrico.
Se debería hacer un examen riguroso y exhaustivo, de la cantidad que hay y que funcionen. Porque la verdad, la impresión es que hay unos cuantos como muestra, por poder decir que hay alguno. Espero que este año 2023, se pongan las pilas, y empiecen a instalar puntos de recarga, por diversos sitios. Tanto que pregonan las bondades de circular sin ruido y sin gases contaminantes, tanto asustarnos con restricciones al tráfico en las ciudades mayores de 50.000 habitantes con vehículos de combustión, etc. Y luego no facilitan esa transición para nada, incluso los precios de los coches eléctricos están por la nubes, y las subvenciones las justitas.