Tras una denuncia previa del Sindicato Médico de Balears, Inspección de Trabajo instó el verano pasado a la Gerencia de Atención Primaria a adoptar medidas inmediatas para evitar la sobrecarga en los centros de salud. Además, obligaba a la administración a realizar informes psicosociales en todos los ambulatorios, tal y como dicta la ley de riesgos labores de 1995, que nadie hasta ahora había cumplido.
El portavoz del Simebal en esta materia, Iñaki García, asegura que en la gran mayoría de los centros en los que se han realizado estos estudios, el resultado muestra no sólo la sobrecarga laboral «y cómo impacta sobre la salud de los médicos», sino «también problemas de tipo organizativo». Lo peor del caso, indica, es que «no se están poniendo medidas correctoras».
Arquitecte Bennàssar
A falta de conocer el mapa completo de la salud laboral de los médicos de los diferentes centros de salud. Ya se sabe, por ejemplo, que el riesgo laboral en Arquitecte Bennàssar es de un «altísimo» 71 %, así que «la administración debe actuar allí», opina García. Con resultados así «los técnicos de prevención proponen medidas correctoras a través de una planificación preventiva», y aunque no dejan de ser recomendaciones, «la ley obliga al empresario corregir sobre el riesgo medido», añade el experto.
Sin embargo, parece que el IB-Salut se escuda en que, hasta que no estén todos los informes hechos no se actuará, y el plazo de Inspección de Trabajo no expira hasta finales de junio.
Según Iñaki García se están enviando los cuestionarios a los facultativos sobre el nivel de presión o el volumen de trabajo y cuál es su papel en la organización laboral. Sin embargo podría haber presiones para que algunos resultados no salgan a la luz. «La administración sanitaria está poniendo palos en las ruedas porque no hay interés en que se conozca que la gran mayoría de los centros están sobrecargados».
Por otra parte, el experto en riesgos laborales asegura que el actual problema viene de lejos y no como consecuencia de la pandemia, como se ha dicho. «Llevo dos o tres años tras este tema. Ya entonces le pasé una imagen a un inspector de trabajo de la agenda de un médico de Urgencias de Primaria (SUAP,) donde se veía, claramente, que en una hora y veinte minutos tenía 45 urgencias y tres domicilios, algo inasumible y totalmente fuera de razón».