La Agencia de Estrategia Turística de Baleares ha sido condenada a pagar 600.000 euros de deuda a los organizadores del Mallorca International Film Festival, un proyecto del año 2009 que terminó aparcado en un cajón por el estallido del ‘caso Ibatur' y que llegó a pasar por el examen de la Fiscalía Anticorrupción en una causa penal que se prolongó durante una década. Ahora, un jugado de Primera Instancia de Palma ampara a la empresa que impulsaba el proyecto, Temaset y al cineasta David Carreras y considera que la actuación de la Consellería de Turisme al resolver el contrato fue ilegal y que debe pagar por trabajos que se llevaron a cabo de forma real. La sentencia ha sido recurrida por la Abogacía de la Comunitat ante la Audiencia Provincial.
La antigua agencia pública Ibatur suscribió en 2009 un contrato de patrocinio con la empresa Temaset. Entonces era conseller de Turisme Miquel Nadal. Se pretendía impulsar un festival de cine de alcance internacional en la Isla. El contrato tenía una duración de tres años y una previsión de gasto de 2,4 millones.
En el año 2010 estalló el ‘caso Ibatur'. El conseller de Turisme, Miquel Nadal, fue detenido y se abrió una pieza separada por el contrato del festival. Ese asunto estuvo judicializado durante una década hasta que terminó en una retirada de acusación por parte de la Fiscalía. Tras el estallido de la causa, la empresa reclamó el pago de las facturas. La sentencia explica: «El nuevo conseller (Miquel Ferrer) ordenó buscar cualquier motivo para resolver el contrato de patrocinio y cortó de raíz cualquier comunicación o contacto con David Carreras y Temaset». Se rechazó el pago de los 600.000 euros. La empresa puso un pleito que estuvo parado durante todos los años que duró el procedimiento penal y que ahora desemboca en esa sentencia.
El magistrado que ha resuelto el asunto considera demostrado que Temaset sí llevó a cabo los trabajos que pretendía cobrar en base a las facturas que presentó y la declaración de numerosos testigos. «Sorprende poderosamente que cuando la organización del festival iba hacia delante y los pasos y las acciones se habían llevado a cabo, en pocos días se adopte una decisión tan drástica por Ibatur como la rescisión del contrato». Critica que no se diera un plazo para subsanar cualquier problemas de las facturas y atribuye toda la resolución del contrato a la situación que surgió tras el estallido del caso: «A finales de 2009 era un problema para Ibatur y la Conselleria por el escándalo de corrupción».