El secretario provincial de Vox Baleares, Sergio Rodríguez, ha anunciado este miércoles su dimisión tras seis años en el cargo. Aunque en el comunicado oficial el todavía portavoz adjunto del partido en el Parlament afirma que se debe a motivos personales, la decisión se produce en plena crisis interna de la formación en las Islas. Rodríguez, muy vinculado a Jorge Campos, se quedó muy solo cuando éste se marchó a Madrid forzado por la dirección nacional y por la ambición personal de ser diputado en el Congreso. Son conocidas las diferencias de Rodríguez con el líder de Vox en Palma, Fulgencio Coll, y la propia presidenta del partido en Baleares, Patria de la Heras, afín al general.
Ante esta situación, fuentes de la formación aseguran que Rodríguez sentía que su cargo y función de secretario se había «vaciado de contenido». Su dimisión, además, es un claro gesto contra la dirección de Vox en Madrid por el hecho de haber aceptado el acuerdo sobre la elección de lengua con el PP, ya que Rodríguez siempre ha representado la línea más dura contra el catalán. El pacto alcanzado la semana pasada que, en la práctica, es de difícil aplicación y deja que los claustros tengan la última palabra para decidir si quieren participar de un plan piloto limitado a un número indeterminado de centros, fue visto como una batalla perdida por Rodríguez.
Sobre la pérdida de sentido del cargo se debe a que cualquier toma de decisión está supeditada a la dirección de Vox en Madrid, que ya en el momento de negociar la entrada a algunos gobiernos, como en los consells, o a la hora de pactar con el PP su gobernabilidad en solitario, practicó una gestión centralista de la comunicación.