El presupuesto del Govern balear del año que viene contará con una partida de 20 millones de euros para desarrollar el plan piloto voluntario para que los centros sostenidos con fondos públicos que lo decidan puedan permitir que las familias elijan si sus hijos estudian en castellano o catalán; si bien la ley exige que un mínimo de un 50 % de las materias deben ser impartidas en catalán. Esta petición de Vox ha sido una de las más polémicas que el PP ha tenido que aceptar para poder sacar adelante sus cuentas. Todavía tienen que ser validadas por el Parlament, pero, en la práctica, el plan lingüístico ya tiene una partida concreta, a pesar de las incógnitas que hay sobre cómo se desarrollará a partir del próximo curso.
El propio portavoz del PP, Sebastià Sagreras, reconoció este lunes que no estaban de acuerdo con la partida de 20 millones para la elección de lengua porque, como ya ha dicho el conseller d'Educació, Antoni Vera, todavía se desconocen cuántos centros querrán sumarse al plan. Sin embargo, los ‘populares' han tenido que ceder ante esta y otras exigencias al asumir que están en minoría.
Llevar a cabo el plan piloto solamente se puede hacer de dos maneras: o bien segregando alumnos en función de la lengua que estudien los alumnos, o que en una misma clase se dé en dos aulas y en castellano y catalán, a la vez. En algunos casos, esto podría implicar incluso tener dos profesores en una misma aula para impartir el mismo temario en dos idiomas. El próximo curso habrá dinero para ello.
Vera ha dicho en diversas ocasiones que no se segregará por razón de lengua y que se respetará la normativa lingüística vigente, que no modificará. De este modo, los centros adheridos al plan deberán de respetar siempre la enseñanza mínima de un 50 % en catalán. Esto es algo de lo que desconfían las entidades de la comunidad educativa pública, desde sindicatos a asociaciones de familias y de directores e inspectores. Dudan, precisamente, porque en la actualidad hay muchos centros, básicamente concertados, en los que no se garantiza este mínimo en catalán. De hecho, la realidad en los centros, tanto públicos como concertados, es que los alumnos, en su mayoría, se comunican en castellano, mientras que los únicos que hablan en catalán son los docentes. Una situación que se agravará en los centros que se sumen al plan, según las entidades citadas. La polémica elección de lengua, además, nace de Vox, puesto que ninguna familia lo había pedido.
Como la financiación del plan se estuvo negociando hasta ayer y aún no está totalmente ratificada, en la Conselleria d'Educació no se ha tratado a fondo esta cuestión. Cuánto se destinará y cómo se abordará el plan sigue estando en el aire. En parte, es algo previsible, puesto que se trata de una medida que se empezará a aplicar el curso que viene.
La alfabetización en Baleares desde finales del s. XIX se hizo a través de los colegios en español. Los habitantes de Baleares siempre se han entendido hablando en ambos idiomas. Los padres siempre han estado orgullosos de que sus hijos aprendieran a hablar y escribir en español para que tuvieran las puertas abiertas para un “porvenir mejor” y estudiasen “algo de provecho” para ganarse la vida. Quienes abrieron el melón del catalán como lenguaje escolar fue la izquierda nacionalista ya antes de la 2a república, y con ello empezaron a azuzar un conflicto que antes no existía. Al incorporase el catalán como lengua oficial en el estatuto balear se hizo con la intención de normalizarlo y equipararlo al español, no para sustituirlo. Pero el catalán jamás debió oficializarse en el estatuto conociendo la idiosincrasia totalitaria de la izquierda nacionalista, heredada del socialismo soviético y de la revolución cultural maoísta, pues es una imposición por el pancatalanismo que viene de fuera a sustituir el español que ya estaba implantado. Con la inmersión en catalán se está obligando a los niños a hablar un idioma que ni hablan ni escriben en casa, una victoria del pancatalanismo totalitario. Si de lo que se trata es de evitar la "segregación" lingüística (un argumento falaz y populista de la izquierda nacionalista), lo que hay que hacer es revisar el estatuto e introducir las lenguas vernáculas de las islas como asignatura opcional, y restaurar el español como lengua vehicular en las escuelas y en la administración, como siempre ha sido y, dejar a la izquierda nacionalista que se desquite en su mundo asambleario con sus caprichos de ingeniería social. Aunque no esté de acuerdo con Vox en algunas cuestiones, en esto tienen toda la razón, y Ciudadanos decía lo mismo. El PP también, pero sigue estando acomplejado y en público no se atreve.