Por fin: las hipotecas a tipo variable se abaratarán en abril. Así lo ponen de manifiesto los datos del Euríbor que se han publicado en lo que va de mes. Pau A. Monserrat, miembro del CES, profesor de la UIB y economista de FuturFinances.com, ha precisado que «el año pasado estaba al 3,757 % y el valor provisional del Euribor de abril de 2024, a 15 de abril, está en el 3,686 %. Estamos hablando de rebajas muy pequeñas, de 10 euros a lo sumo para hipotecas con una deuda pendiente cercana a 200.000 euros». Sin embargo, son importantes porque marcan un cambio de tendencia.
Los hipotecados a tipo variable de Baleares llevan años sufriendo las subidas del Euríbor y de media han pasado de pagar 91 euros mensuales sólo de intereses (hay que añadir la amortización) a cerca de 800 euros. Esta situación es muy dura para muchas familias, que han pasado a tener que destinar una parte muy importante de sus ingresos para hacer frente a lo factura hipotecaria.
La pregunta que se formulan muchos de los afectados es si volverán a pagar recibos similares a los de hace unos años, cuando el Euríbor estaba en negativo. Monserrat ha respondido que «no esperemos ver el Euríbor en negativo en los próximos años», aunque ha precisado que «en materia de predicciones nunca se sabe». En este punto, ha detallado que «el escenario más plausible es un Euríbor por encima del 3 % durante todo 2024 (si bien algunos analistas como Caixabank Research lo sitúan al 2,78 % en diciembre) y cerca del 2,50 % a finales de 2025».
El precio de la vivienda seguirá subiendo
La bajada del Euríbor supondrá un alivio para las personas que ya tienen una hipoteca, pero no permitirá resolver las gravísimas dificultades que hay para acceder a una vivienda en Baleares. De hecho, Monserrat prevé que el precio de los pisos siga subiendo. «La bajada gradual de los intereses que se pagan por financiar la adquisición de viviendas, unida a una oferta de inmuebles estancada y una demanda de hogares creciente, seguirá empujando al alza el precio de la vivienda en las Islas». A su modo de ver, «las medidas que se han tomado en los últimos tiempos desde el sector público, lejos de contener los precios, los recalienta. Topar las cuotas del alquiler y generar inseguridad jurídica para los propietarios de los inmuebles, provoca aumento de precios (declarados o en la economía sumergida) y una reducción de la oferta. Esto se traduce en un encarecimiento de los precios».