El Govern asegura que toma nota de la gran movilización del sábado, pero no se da por interpelado y mira hacia atrás. El entorno de Marga Prohens asegura que la presidenta respeta la protesta, como todas las que se hacen con carácter pacífico, y añade que comprende el malestar de los miles de residentes que salieron a la calle después de la «falta de gestión» y del «crecimiento incontrolado» de los últimos ocho años, durante el Govern de izquierdas de Francina Armengol.
Fuentes del Govern recuerdan que precisamente la presidenta se ha puesto manos a la obra para reconducir la situación que se ha encontrado. Señalan la constitución de la mesa por un pacto social y político para la sostenibilidad indica a voluntad del ejecutivo para avanzar en esa dirección. Afirman que la presidenta no se pondrá «de perfil» para adoptar medidas «valientes» de la mano de toda la sociedad para la transformación del modelo «y garantizar el bienestar de los ciudadanos».
Los partidos no lo ven de igual manera. Cosme Bonet (PSIB) cree que el discurso de Marga Prohens no se corresponde con las decisiones que toma, como la «barra libre» que acaba de aprobar en suelo rústico y recalca que el Govern de Francina Armengol fue pionero en la aprobar limitaciones al turismo y en aprobar una moratoria y la limitación de plazas. «PP y Vox no son creíbles y esto provocará que el malestar ciudadano vaya en aumento», considera.
Lluís Apesteguia (Més) recalca que, si no se toman medidas, habrá problemas y destaca que el modelo turístico ya ha colapsado. El coordinador de Més valora que la protesta fue transversal y considera que esa heterogeneidad da más solidez a la movilización. Para Apesteguia, el momento elegido por una pequeña entidad fue muy oportuno y quedó demostrado que la gente necesitaba canalizar «su frustración».
Para Lucía Muñoz (Podemos), la manifestación fue un acontecimiento «histórico» que visibilizó la «batalla cultural» que viene realizando su formación desde hace años por la que se les ha acusado de turismofóbicos. Considera que Prohens está intentando ganar tiempo con la convocatoria de la mesa y sus apelaciones a la necesidad de recopilar datos. «El dato es que llegan 17,8 millones de turistas», apunta.
La presidenta de Vox, Patricia de las Heras, también culpa a la izquierda de la situación actual de saturación y de falta de vivienda a un precio asequible por su falta de gestión. «Esto es la consecuencia de la gestión de estos ocho años», señala. «La izquierda solo sabe prohibir o permitir, pero no sabe gestionar, y aquí se trata de gestionar», añade.
El presidente del PI, Tolo Gili, asegura que su partido toma nota y pide medidas duras para reducir el número de turistas. «Hay un enorme malestar y es preciso tomar decisiones valientes que en algún momento pueden ser duras porque queremos estar en el proceso de reducción del número de turistas», señala. Cree que bajar la presión turística tendría un impacto positivo en la vivienda.