¿Es posible que PP y Vox se reconcilien tras la sonada ruptura que se vivió hace menos de un mes por la acogida a los menores migrantes? Los ‘populares' creen que sí. La señal es que el portavoz del PP en el Parlament, Sebastià Sagreras, no desveló este lunes qué votará su partido ante la propuesta que ha presentado la izquierda para echar a Gabriel Le Senne a la espera de «negociaciones y conversaciones» con los distintos grupos parlamentarios.
En la crisis que han vivido en Baleares, la ruptura entre PP y Vox vino impuesta desde Madrid, pero hasta el momento las cosas siguen igual en las Islas y el anuncio de Santiago Abascal no ha tenido hasta la fecha ninguna consecuencia práctica. Todo sigue igual en las filas de PP y Vox, más allá de las intervenciones de los dirigentes de las dos formaciones cuando se anunció el cambio estratégico por parte del Vox.
La prueba de fuego de ese cambio de relaciones es, precisamente, la votación para echar a Le Senne de la Presidència del Parlament tras el polémico pleno en el que arrancó la imagen de Aurora Picornell. El PP no muestra sus cartas. La realidad es que el PP confía en renegociar un acuerdo con sus socios y mantener a Le Senne a cambio de que Vox se comprometa a su vez a mantener el apoyo a los grandes proyectos de ley que tiene en marcha Marga Prohens, especialmente el de simplificación administrativa en el que se incluye la legalización de viviendas en suelo rústico.
El otro gran asunto que está sobre la mesa es la aprobación de los Presupuestos para el año que viene, con el paso previo de la aprobación del techo de gasto, el caballo de batalla de Vox del año pasado. Se da por hecho que los dos partidos abrirán negociaciones este mes, antes de que se vote la remoción de Gabriel Le Senne, que, de momento, habrá aguantado todo el verano en su puesto atrasando al máximo la convocatoria de la Diputación Permanente y del pleno del Parlament.
Le Senne cumplió con su obligación de intentar velar por la imparcialidad de la Mesa del Parlament, lo que no hicieron las dos provocadoras, que desobedecieron reiteradamente. Que se rasgara una foto al intentar ser retirada, carece de enjundia frente al comportamiento de las dos que montaron un espectáculo para poder salir en la prensa, y que debieron haber sido sancionadas.