Con la catástrofe humanitaria en la Comunidad Valenciana como inevitable telón de fondo, los estands españoles arrancaron su andadura en la WTM 2024 con crespones negros en sus pantallas y una considerable descompresión de las agendas institucionales. Las ausencias dictadas por el drama valenciano incluyen a la presidenta balear, Marga Prohens, pero también a sus homólogos en el resto de comunidades, el ministro Jodi Hereu y otros tantos altos cargos, acabando de dibujar un paisaje desangelado que se hace más evidente si cabe en el propio expositor de la región protagonista. «Se ha venido con lo puesto, con lo justo y necesario para mantener esto abierto», señala una azafata levantina que se confiesa con la cabeza en otro lugar. Cargos técnicos suplen el vacío político mientras los que quedan se reúnen en el estand de Turespaña para celebrar un minuto de silencio que se hace hueco a codazos entre el estruendo del Excel Center de Londres.
Ausente, pero de otro modo, estaba Rosana Morillo. Ausente ya como secretaria de Estado de Turismo, la también ex directora general de Turismo en Balears se pasea por fin por el estand de las Islas sin el peso del cargo sobre sus hombros, algo que hace de las ferias turísticas una experiencia totamente diferente. «Mucho más relajada, nada que ver», admite mientras su sucesora, Rosario Sánchez, carga con todos los saludos de cortesía y no solo con los que querría, privilegio del que ya disfruta Rosana.
El suyo es el mismo alivio que María Frontera reconoce que deja para Fitur. La presidenta de la patronal hotelera se despide en Londres como portavoz del sector; Javier Vich tomará el relevo en la feria internacional de Madrid, tarea que -ya le advierte Frontera ante los micros con la sonrisa de quien baja del ring extenuada, pero por su propio pie- «no será fácil». Cansado se reconocía el alcalde de Calvià, Juan Antonio Amengual, que tuvo que tirar de un twix de emergencia para recuperar energías de cara a su parlamento en pro del turismo responsable. Todo sea por aguantar el tipo en el día más difícil.