El último estudio del Consejo General de Enfermería (CGE) refleja que 8 de cada 10 enfermeras de las Islas reconoce que la carga de trabajo les afecta psicológicamente. Casi el 76% de las encuestadas en esta comunidad refiere haber sufrido episodios de estrés como consecuencia de su trabajo en los últimos meses. El 57% tuvo episodios de ansiedad, un 48,5% de insomnio y el 21% depresión.
El ‘Estudio sobre el impacto de la presión asistencial en la profesión enfermera’ advierte además que 48,7% de las enfermeras de Baleares se ha planteado alguna vez abandonar su profesión ante la presión asistencial que soportan.
Cabe recordar que Baleares es la tercera comunidad autónoma de España con menos enfermeras por ciudadano. Según los últimos datos del INE la tasa de enfermeras es de 5,9 por cada 1.000 habitantes, por debajo de la media estatal (situada en 6,3). Se estima que nos faltan más de 3.500 enfermeras en las Islas para alcanzar la ratio media por pacientes de la Unión Europea.
Desde el Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de les Illes Balears (COIBA) llevan años reclamando la puesta en marcha urgente de un plan que contemple la inversión estratégica en enfermeras y que permita no solo aumentar el número, sino asegurar el bienestar de las que ya están en el sistema. Entre sus demandas: la mejora de la estabilidad laboral, la reducción de cargas y el cuidado de la salud mental de las profesionales.
Apoyo psicológico
Desde 2014, el COIBA da apoyo psicológico a las colegiadas a través de un servicio, impulsado en las cuatro islas, que cada año tiene más demanda.
«Abordamos principalmente casos de agotamiento mental y físico, así como síntomas de baja realización personal. Muchas profesionales ya no sienten satisfacción en las actividades o cuidados con los que antes disfrutaban; experimentan falta de energía, trastornos del sueño y, en algunos casos, recurren a la medicación como respuesta a este malestar», explica Patricia García-Pazo, psicóloga y enfermera responsable de este gabinete en Mallorca.
García-Pazo explica que este desgaste emocional y físico, originado en gran medida por la presión laboral, tiene también consecuencias en la vida familiar de las enfermeras. «Ante esta realidad, es fundamental implementar estrategias para mejorar tanto la situación de la profesión en general como el autocuidado personal de cada profesional», añade.
La psicóloga insiste además en que para cambiar esta realidad es prioritario flexibilizar los horarios, asegurar descansos suficientes y facilitar el cambio de tareas, servicios o bajas temporales cuando sea necesario.
La Asesoría Psicoemocional del COIBA ofrece sesiones presenciales y telefónicas, facilitando así el acceso a las colegiadas.