Francesc Antich Oliver, a quien casi todo el mundo llamaba Xisco, y que fue dos veces presidente de Baleares (1999-2003 y 2007-2011), ha fallecido este jueves a los 66 años. Hijo de la emigración, había nacido en Dos Caminos, Venezuela, en 1958, pero se crio y vivió en Mallorca, concretamente en Algaida, de donde fue alcalde por el PSIB donde militaba y fue secretario general.
En su primera investidura como presidente, en 1999, la primera de un presidente socialista y que dio paso a un Govern plural después de años de hegemonía de la derecha en las Islas, se proclamó a sí mismo como «hombre corriente». Como un hombre corriente al que los cargos no cambiaban su manera de ser, según precisó después. Su primera toma de posesión fue multitudinaria y apeló al «protagonismo del pueblo».
Ese talante, el de hombre corriente y próximo, lo ha mantenido hasta el último momento, según relatan quienes le conocen bien. En el mes de julio de 2022 le detectaron un cáncer de colon, del que se operó y continuó con un tratamiento de quimioterapia. Al poco de su operación la presidenta Francina Armengol le preguntó si quería tomarse unos meses de descanso en su puesto de presidente de la Autoritat Portuària y respondió que no. A pesar de las dificultades que conllevaba su enfermedad su fallecimiento ha resultado repentino después de que en los últimos meses siempre se mantuvo activo en las redes y como colaborador de Ultima Hora, donde publicó su último artículo el pasado 28 de diciembre.
Trayectoria
Hacerse cargo de la Autoritat Portuària fue el último ‘marrón’ del que tuvo que hacerse cargo Antich. Se lo pidió Armengol igual que le llamó para que fuera delegado de Baleares en Madrid (sólo lo fue unos meses) o para que se metiera en la gestora que dirigió el PSOE entre el golpe de mano contra Sánchez y su regreso a la secretaría general.
Hay quien ha visto en Antich (y seguramente eso se resaltará mucho en los próximos días de recuerdos y homenajes) al sucesor natural de ‘cañellismo’, en el sentido de pegado al pueblo o populista. Antich era aficionado a las glosas y protagonizó momentos memorables que han quedado en las hemerotecas o las grabaciones de voz. Su primera toma de posesión es difícil de olvidar para quienes estuvieron en ella, en una Llonja a rebosar. Además de concejal, alcalde de su pueblo, conseller insular y presidente del Govern (dos veces, entre mayorías del PP) fue diputado autonómico, diputado en el Congreso y senador electo por el Parlament.
Socialista convencido, su carrera política se inició en el PSM y de ahí su vinculación al sector más ‘nacionalista’ o ‘autonomista’ del socialismo. Como el de Francina Armengol, su modelo político fue el de otro histórico del socialismo balear: Joan March Noguera. Se negó a votar en el Senado el apoyo a la aplicación del 155 en Catalunya.
Antich, a quien efectivamente no cambiaron los cargos que ocupó su manera de ser, era un hombre muy leal y que, en sus dos presidencias, no rompió nunca el contacto con la calle y con quienes se preciaban de su amistad en todos los ángulos del arco político. Y entre la gente corriente.
Licenciado en Derecho, durante su infancia volvió al pueblo de sus padres, Algaida (Mallorca), del que fue alcalde entre 1991 y 1997 por el PSIB-PSOE. Fue conseller del Consell de Mallorca de 1995 al 1999 siendo en 1997 elegido secretario general de la Federació Socialista de Mallorca. En 2004 fue nombrado secretario general del PSIB-PSOE.
Cabe destacar que fue presidente del Govern entre 1999-2003 y 2007-2011, siendo candidato a la presidencia del Govern en las primeras primarias en las que la militancia escogió directamente al candidato en 1998. Además, fue diputado del Congreso de 2004 a 2007 y senador del 2011 al 2019.