Baleares debería incrementar el parque de viviendas entre 93.800 y 230.400 unidades nuevas de aquí a 2040 para dar respuesta al crecimiento poblacional proyectado hasta ese año. Esa es la estimación que hace el Cercle d’Economia de Mallorca en base a previsiones extraídas del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Institut d’Estadística de Balears (IBESTAT), que estiman entre 586.400 y 723.000 las viviendas necesarias para dentro de 15 años.
El informe del Cercle, titulado El crecimiento poblacional en Baleares: evolución y retos, indica que de mantenerse la tendencia actual, con un crecimiento fuertemente espoleado por la llegada de migrantes, la población total estaría en torno a los 1,5 millones de habitantes. Ello supone un incremento poblacional del 23 % con respecto a la población en 2024, de 1.232.000 habitantes. El estudio concluye que Baleares debería dividir entre cuatro la entrada media de inmigrantes al año -es decir, pasar de los 17.400 actuales a 4.300- «para obtener un crecimiento suave».
Un análisis realizado para el conjunto de España indica que para conseguir ese mismo objetivo la división del saldo migratorio -la diferencia entre inmigrantes y emigrantes- debería ser entre dos, por lo que la presión migratoria en las Islas, infiere el informe, es mucho mayor. Así, las proyecciones apuntan a un incremento de hogares y parque habitacional que «se traduce en una enorme presión sobre un territorio ya muy densamente poblado donde los espacios para la creación de nuevas viviendas son muy limitados».
El saldo migratorio ha sido, pues, decisivo para el crecimiento poblacional en Baleares, que desde el 2000 ha aumentado en un 54 % el número de residentes (388.554 personas más) frente al 20 % de subida estatal (ocho millones de personas). La atracción generada por el modelo socioeconómico, explica el informe, ha supuesto un aumento anual de 26.000 personas en la primera década que ahora asciende a 17.400, superior a las poblaciones de Sa Pobla o Pollença.
El estudio -elaborado por el catedrático de la Universidad de Las Palmas, Luis Álvarez León, y el presidente del Cercle, Josep Maria Vicens- puntualiza que son decisivos factores como las proyecciones del INE que reducen el número de personas por hogar en el futuro: mientras que en 2024 son 2,5 personas, esa media bajará a 2,32 personas en 2039.
A modo de conclusiones, el informe señala que el Archipiélago está viviendo un crecimiento poblacional «muy intenso, mantenido y persistente» que lo sitúa a la cabeza del Estado en ese apartado. Un crecimiento que «tendrá serias repercusiones en materia sanitaria, educativa, social y de vivienda, así como sobre el consumo de energía, producción de residuos o necesidad de recursos hídricos». Todo ello dibuja «un panorama preocupante» para una comunidad que ya se encuentra bastante condicionada en términos de abastecimiento de recursos por la insularidad, «una desventaja estructural permanente reconocida por el Parlamento Europeo».
Lo primero que hay que hacer de manera urgente para paliar el problema de la escasez de vivienda en el mercado, es acabar con la llegada masiva de inmigración africana ilegal. Eso de entrada. A continuación, cambios urgentes en la legislación, que debe estar orientada por encima de todo a proteger al arrendador frente al inqui-okupa sinvergüenza y al moroso profesional. Tercero, liberar suelo urbanizable y dejar la protección del territorio exclusivamente para zonas naturales, zonas costeras de especial interés ecológico, y nada más. Y cuarto, facilitar la rehabilitación, reconversión y modernización de todos los edificios del casco antiguo que están deshabitados y en estado de abandono, para transformarlos en pisos y casas habitables de acuerdo a las dimensiones y realidades que demanda la sociedad actual.