La eventual entrada en Baleares de productos agrícolas de terceros países ha generado preocupación en el sector y en las autoridades locales. El conseller balear de Agricultura, Pesca i Medi Natural, Joan Simonet, ha manifestado su inquietud por esta situación durante la sesión de este martes del Parlament balear.
Según Simonet, el principal problema radica en que estos productos importados, provenientes de países como Marruecos o Sudáfrica, no cumplen con las mismas condiciones de producción, sociales y ambientales que se exigen en España y Baleares. Esto les permite tener costes inferiores, lo que genera una competencia desleal para los productores locales.
El conseller también señaló la repercusión de los tratados internacionales de comercio en esta problemática. Si bien a corto plazo pueden suponer una reducción de precios, Simonet advirtió que a largo plazo podrían «destruir el tejido local» al perjudicar a los agricultores y empresas de la región.
Ante esta situación, desde el Govern balear se ha solicitado al Ministerio de Agricultura que la agricultura no sea utilizada como moneda de cambio en las negociaciones de estos acuerdos y que se apliquen «cláusulas espejo» a los productos importados, exigiendo que cumplan con los mismos estándares que los locales.
A pesar de que las competencias principales en materia de comercio exterior corresponden al Estado, el conseller Simonet destacó las acciones llevadas a cabo desde su departamento para defender los productos baleares. En los últimos años se han intensificado las inspecciones de frutas y hortalizas importadas, y se prevé ampliar estos controles al etiquetado de los productos en un futuro próximo.
Simonet aseguró que desde la Conselleria se están realizando «actuaciones para defender nuestros productos más allá de las competencias propias», en un esfuerzo por proteger a los agricultores y la economía local frente a la competencia desleal extranjera.
Descontento entre los payeses
Por su parte, la diputada socialista Malena Riudavets cuestionó al conseller sobre el clima social generado por las políticas de su departamento entre los payeses de las Islas. Riudavets señaló que existe un «descontento en el sector» ante hechos que evidencian que las medidas «no van bien», como dificultades de los jóvenes agricultores para recibir ayudas o la plaga que afecta a las producciones de patata de sa Pobla.
Simonet reconoció la existencia de estas problemáticas y aseguró que ya han sido o están siendo abordadas por la Conselleria. «La política de este departamento es ir arreglando problemas, porque salen problemas como los que usted ha dicho», afirmó el conseller, en un intento por transmitir su compromiso con el sector agrícola balear.
La preocupación por la entrada de productos agrícolas extranjeros que no cumplen con los mismos estándares que los locales no es exclusiva de Baleares. En otras regiones de España, como Andalucía o la Comunidad Valenciana, también se han alzado voces críticas ante esta situación que afecta a cultivos como el tomate, la naranja o el olivar. Mientras el ejecutivo balear defiende que se han intensificado las inspecciones y se prevé ampliarlas al etiquetado, persiste el descontento entre el sector primario por problemas como las dificultades burocráticas para recibir ayudas.