Sabemos que la Inteligencia Artificial se usa ya para predecir y prevenir catástrofes naturales, pero ¿podría también ayudar a predecir catástrofes sociales? Una tesis doctoral de la Universitat de las Illes Baleares (UIB) exploró en 2020 la capacidad de la IA para adivinar cuál sería el déficit de profesionales médicos en los centros de salud y hospitales de Baleares en 2025. La autora de esa tesis es ahora la Consellera de Salut del Govern balear, Manuela García. ¿Acertó en sus proyecciones a cinco años vista?
El déficit de médicos es un mal endémico en las Baleares y a ese problema histórico se le suma ahora el envejecimiento, las desmotivación y el alto coste de la vida. La generación del babyboom se está jubilando en toda España, también en Baleares y sin embargo la población que requiere de cuidados médicos no deja de aumentar. Manuela García apuntaba ya en su trabajo (publicado en 2022) a la «necesidad de adoptar medidas eficaces de fidelización de los especialistas» y a la «necesidad de mejorar las capacidades de los sistemas de recursos humanos para evaluar con precisión las necesidades futuras».
La legislatura pasada el Govern aprobó por primera vez la calificación de plazas de difícil cobertura para dotar de un mayor atractivo (ya sea con retribuciones económicas o rebajando requisitos como el catalán) los puestos que quedaban vacantes. Esta legislatura la Conselleria de Salut ha calificado Ibiza como zona de muy difícil cobertura. Se ha conseguido así cubrir después de ocho años en blanco, la falta de oncólogos en las pitiusas. La alarma social generada había sacado a los ibicencos a las calles para clamar por su derecho a la salud. ¿Podría ocurrir lo mismo en Mallorca?
El Colegio de Médicos de Baleares lleva tiempo advirtiendo de la falta de relevo generacional, sobre todo en algunas especialidades como la Medicina de familia. En los próximos cinco años uno de cada diez médicos estará en edad de jubilarse. Aunque ahora tienen la posibilidad de seguir trabajando una vez cumplen los 65, el aumento del síndrome del trabajador quemado o burn out, aleja esa posibilidad.
Carles Recasens, presidente del Colegio de Médicos de Baleares, explica que las especialidades más deficitarias son en estos momentos Pediatría, Anestesia, Psiquiatría y Medicina Familiar y comunitaria. «La sobrecarga estacional, el precio del alquiler en la región y la doble insularidad, son factores que dificultan encontrar profesionales», dice.
Cuando hay una vacante o una baja, ante la imposibilidad de contratar médicos para cubrirlas el sistema se reequilibra utilizando fórmulas como el traslado de profesionales entre sectores, lo que quema aún mas a los especialistas. «Una de las cosas que más cuesta cubrir son las guardias de los hospitales comarcales, ya sea de una u otra especialidad», añade el psiquiatra.
Los médicos denuncian que con esta práctica «lo que cubres en un lado lo descubres en otro». «Implica una sobrecarga de trabajo para los profesionales de Son Espases y Son Llatzer y es algo que no es nuevo, lleva ocurriendo cinco o seis años. Desde el servicio de Digestivo iban a Menorca a hacer cribados de cáncer y colonoscopias. Esa movilidad de los profesionales se hace porque existen descubiertos en la mayoría de casos, aunque también puede haber otros motivos como facilitar que el paciente no tenga que desplazarse a otro hospital», dice Recasens.
Otras comunidades españolas como Madrid utilizan la telemedicina y la teleconsulta como un sistema alternativo, algo a lo que se oponen firmemente los profesionales de Baleares. «Cada categoría sanitaria tiene sus atribuciones y existe la tentación de sustituir al médico por otras categorías en ese tipo de consultas lo que no solo es peligroso, sino que es ilegal», concluye el presidente del órgano colegiado.
En noviembre de 2022 el Govern del Pacto de Progreso intentó poner en marcha un servicio de teleconsulta en el área de Cardiología del Hospital de Inca. Aunque sobre el papel era una cita presencial, la realidad era muy diferente. El paciente era llamado a acudir a una cita en el centro sanitario en la que le recibía una enfermera in situ y el cardiólogo intervenía por videollamada a través de una pantalla. Se le había adjudicado el servicio a una empresa especialista en telemedicina de fuera de Baleares. Debido a la alarma social generada, suspendió el programa en su primera semana de funcionamiento.
«Podemos modificar el lenguaje o utilizar palabras para intentar justificar lo injustificable pero la realidad es la que es y siempre ha habido ambulancias ucis móviles y centros de salud o unidades básicas sin médico. La telemedicina, medicina a distancia o videoconsulta es una realidad, pero hay que entenderla bien y establecer qué criterios se tienen que dar. En el acto medico hay una responsabilidad en materia de salud, pero también jurídica. Si la telemedicina está para quedarse se tiene que hacer con un marco regulador y un apoyo de las sociedades científicas. No todo vale para bajar las listas de espera que no son otra cosa que personas que esperan y llevan tiempo esperando a ser atendidos por un profesional», añade el psiquiatra.
El Colegio de Médicos de Baleares tiene el registro de los médicos que llegan o se van de las Islas, también el de los que se jubilan. La consellera Manuela García empleó esos datos en su tesis doctoral en la que pronosticó un déficit de profesionales de un 70 % en Medicina preventiva y Salud Pública, del 45,8 % en Medicina del trabajo, del 37,5 % en Inmunología, del 35,5 % en Oftalmología y del 35,3 % en Medicina Física y deportiva. Avisaba además de que las plantillas de Medicina Familiar y Comunitaria reunían dos condiciones preocupantes: eran deficitarias y estaban envejecidas.
La adjudicación de plazas MIR en las que se terminan de formar los jóvenes médicos resulta vital para garantizar el relevo generacional en Baleares y sin embargo en este momento hay 73 vacantes. Eso da una idea de lo que está por venir. La mayoría corresponden a la especialidad Medicina Familiar y Comunitaria (43 en Mallorca, 8 en Menorca y 8 en Ibiza).
También quedan sin cubrir plazas de Medicina Intensiva (1 en Ibiza), Medicina Interna (2 en Ibiza, 1 en Inca y 1 en Palma), Medicina Nuclear (1 en Palma), Microbiología y Parasitología (1 en Palma), Medicina del Trabajo (3 en Palma), Geriatría (1 en Palma) y Anatomía Patológica (1 en Palma).
Los sindicatos advierten de una variable que hay que tener en cuenta y que no forma parte de la fotografía de datos que ofrece el órgano colegial: cada año un nutrido número de profesionales deja la sanidad pública para pasarse a la privada. «Nuestra misión fundamental ha de ser captar y fidelizar a los médicos en la sanidad pública para que no abandonen ni se vayan a la privada. Hemos perdido entre 90 y 100 profesionales en el último año y medio. Es un goteo lento que en el fondo es como un autoexilio», denuncia Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico de Baleares (SIMEBAL).
«Es de esperar que en diez años va a haber muchísimos médicos que se van a jubilar y eso exige hacer la planificación ahora. Es muy importante prever las necesidades de especialistas y hacer políticas de contratación de médicos jóvenes», reflexiona.
Aunque reconoce los avances que ha hecho el Govern balear con la declaración de las plazas y zonas de difícil cobertura, el sindicato médico ha puesto nuevas reivindicaciones sobre la mesa de la Conselleria de Salut. Quiere que parte del dinero recaudado con la ecotasa se destine a la contratación de personal médico para los meses de verano cuando se produce una punta de demanda, por la cantidad de turistas que visitan las Islas, y una caída de las citas disponibles porque no se cubren las plazas de los profesionales que se marchan de vacaciones.
«Hemos pedido destinar parte de la ecotasa para contratar médicos, porque cada verano llegan 18 millones de turistas y muchos de ellos utilizan recursos sanitarios. No hablamos de un impuesto nuevo, sino de dedicar parte del que ya existe a atraer médicos en verano, que luego podríamos fidelizar», dice el presidente del sindicato. Lo que proponen es algo similar a la llamada Policía Turística que durante años reforzó las plantillas de los pueblos y ciudades de Baleares para garantizar la seguridad durante la temporada alta.
Propone además otra serie de incentivos para los profesionales como el descuento del 50% del IRPF a los Mir en sus dos primeros años en las Islas. Negociar el nivel 5 de la carrera profesional, actualizar las retribuciones «desfasadas respecto a la media española» y conseguir que los médicos de Baleares cobren los trienios que cobran los de Canarias son otras de sus reivindicaciones. Lázaro recuerda que «algunas comunidades ya están poniendo en marcha planes de pensiones para captar a médicos jóvenes». «Hay que conseguir que venir a trabajar a Baleares sea atractivo. Tenemos el problema de la vivienda y del coste de la vida, pero la sanidad es el eje del estado de bienestar. Hay que hacer una adecuación presupuestaria como toca y la primaria también requiere un cambio de estrategia», añade.
Igual que ocurre con las plazas Mir, cubrir las vacantes de los Médicos de Familia que se jubilan o se marchan es una odisea en Baleares. «Tenemos un gran problema.La atención primaria que está desbordada. Hay que incentivar y reconocer la labor que hacen sus médicos. Eso pasa por dar autogestión a los centros, desburocratizar el tiempo del médico, mejorar la coordinación con los hospitales y regular las listas de espera, además de hacer un control de calidad de las derivaciones que se hacen», dice Miquel Lázaro.
Junto con la medicina de familia la salud mental es «el ejemplo más palmario de falta de planificación», señala. «Este y otros servicios tienen ya una ratio baja. Faltan 8 psiquiatras en la sanidad pública, la población aumenta cada año y desde la pandemia vemos como aumenta la prevalencia de la salud mental que ha disparado la demanda. Necesitamos disponer de datos fiables sobre los que planificar. A día de hoy no se contabiliza el número de médicos que se van a la privada porque están mejor retribuidos y concilian mejor», advierte el presidente de Simebal.
No es un problema que solo se de en Baleares. Miguel Lázaro es también el presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). «Ahora hemos planteado una huelga ante el estatuto marco del Ministerio de Sanidad. Queremos que de una solución a la falta de médicos», explica.
hasta un gallego como yo... acertaria ese pronostico... sin IA... ya podian reemplazar a los "asesores" por una suscripcion paga de IA y usarla como asesor general...