Casarse sale caro, pero divorciarse aún puede salir peor. Las complicaciones económicas que generan las separaciones y divorcios están detrás del desplome de las disoluciones matrimoniales si se echa la mirada 20 años atrás, cuando aún no había estallado la burbuja inmobiliaria y ni siquiera habían comenzado los desahucios hipotecarios masivos.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer los datos de nulidades, separaciones y divorcios en todas las comunidades autónomas durante el año 2024. Las cifras de Baleares indican que en las Islas hubo en 2024 un total de 99 separaciones, 2.393 divorcios y ninguna nulidad, lo que da una cifra de 2.481 rupturas. En el año 2005, las disoluciones matrimoniales en las Islas sumaron 3.826. La caída es de un 35 % y detrás de ella se esconden razones económicas.
La serie histórica
¿Es poco o mucho que el año pasado se produjera esa cantidad de disoluciones? La respuesta no es fija porque depende de con qué se compare. Por ejemplo, si se comparan las cifras con las del año pasado, el dato es más alto. En 2023 hubo 2.201 rupturas de pactos matrimoniales, por lo que la cifra de 2024 supone un aumento de un 10 % con respecto al año anterior.
La cosa cambia si se hace un estudio prospectivo de qué es lo que ha sucedido en los últimos 20 años y aquí sí se ve una tendencia clara a la baja. En el año 2005 se produjeron 3.826 disoluciones matrimoniales, muchas más que el año pasado y con mucha menos población en las Islas. Los divorcios y separaciones se mantienen por encima de los 3.000 al año hasta 2009, en pleno impacto de la crisis económica y a partir de ahí empiezan a bajar hasta los 2.201 de mínimo del año 2023.
La mitad que hace 20 años
Si se mira la tasa de divorcios por año, en 2024 hubo 2 por cada 1.000 habitantes; en 2005 fueron el doble: 3,94 divorcios o separaciones por cada 1.000 habitantes. Es una tónica que se repite en toda España. En 2005 hubo 137.044 disoluciones matrimoniales; el año pasado la cifra cayó a 86.595, un descenso del 36 %.
Todos los expertos señalan que este descenso tiene una raíz económica y se basa en las dificultades que deben afrontar las parejas que se divorcian o se separan, que de repente doblan sus gastos. En el caso de los residentes en Balears, esta circunstancia se ve agravada por el problema de emergencia habitacional de las Islas. Muchas parejas se ven obligadas a convivir porque no pueden hacer frente al pago de dos viviendas, una para cada uno de los cónyuges.
Fachas & chabolas & cucarachasQuienes lo pasan peor con las separaciones son los hijos que van de Herodes a Pilatos. La gente de hace 70 años, aunque hubiera existido el divorcio, no se hubiera separado tan fácilmente como ahora. Nunca he estado casado ni he tenido pareja (hoy en día que a alguien no le guste viajar, ni la playa ni el cine ni salir cada semana a comer fuera le resta muchas posibilidades de encontrar a su media naranja) y lo único que he echado de menos es no haber tenido un hijo o una hija. Por todo lo demás y viendo que desde hace 30 años por cualquier tontería se rompe una pareja estoy feliz así.