El yate ‘Fortuna’, que perteneció al rey Juan Carlos I y que ha sido rebautizado como ‘Foners’, se puede alquilar por 20.000 euros al día en el puerto de Ibiza. El barco, construido en el año 2000 y que tuvo un coste de 18 millones de euros, está gestionado por la empresa mallorquina Bluebnc, especializada en chárters de lujo en el Mediterráneo. El grupo Baleària es el propietario de la embarcación que hace años que se intenta vender.
El alquiler del yate, de 43 metros de eslora, incluye capitán pero no combustible. El precio varía en función de la temporada: entre el 1 de enero y el 31 de mayo cuesta 19.240 euros y entre el 1 de julio y el 31 de agosto se dispara a 21.660.
El lujoso barco cuenta con cuatro camarotes que pueden alojar hasta ocho personas y zonas amplias exteriores para el disfrute: terraza con tumbonas, bar y espacios para tomar el sol en la proa y en la popa, así como una escalera hidráulica para facilitar el baño desde el mar. En el interior tiene un jacuzzi, sala de cine, sistemas de entretenimiento de última generación, Wi-Fi y aire acondicionado. También dispone de moto de agua, esnórquel, flotadores, paddel surf o una plataforma flotante.
El rey emérito dejó de utilizarlo en 2014, un mes antes de abdicar en favor de su hijo, Felipe VI. El yate se lo quedó la Fundación Turística y Cultural de Balears (Fundatur) y después lo adquirió la naviera Baleària, que ha intentado venderlo sin éxito.
Regalo
El ‘Fortuna’ fue donado al rey Juan Carlos en el año 2000 por Fundatur, entidad presidida por Carmen Matutes y que contaba entre su treintena de patronos con los máximos responsables de Sol Meliá, Barceló, Globalia, la Caixa y la Caja de Ahorros de Baleares «Sa Nostra». No obstante, los principales empresarios de la Isla también realizaron donaciones. Los astilleros Bazán en San Fernando (Cádiz) lo construyeron para sustituir al anterior ‘Fortuna’, donado en el año 1979 por el rey saudí Fahd.
EmbatHola. Cuánta razón lleva. La embarcación es rapidísima, según tengo entedido porque está motorizada con turbinas de gas; que tienen un consumo específico enorme y peso liviano en relación a la potencia entregada. Un lujo prohibitivo. Es el precio a pagar para la obtención de ciertas prestaciones. Inasumible para explotaciòn comercial, pienso. Un saludo.