La llegada masiva de inmigrantes procedentes de Latinoamérica ha traído consigo una explosión de iglesias evangelistas, la religión que se está extendiendo por amplias zonas de Sudamérica a costa del catolicismo y que migra con fuerza hacia Balears con la llegada de estos inmigrantes latinoamericanos. Los datos del Observatorio del Pluralismo Religioso en España confirman este avance de los evangelistas en todo el país y, más concretamente, en Balears, aunque muchos de los fieles también son nacidos en España.
El Directorio de Lugares de Culto del Observatorio señala que en Balears hay un total de 219 templos donde se practican religiones diferentes a la católica. De ellos, más de la mitad son templos evangélicos. Hay 113 repartidos por las cuatro islas. La proliferación de estos templos es especialmente visible en Palma, donde ya suman 57 lugares de culto. Para entender la pujanza de estas iglesias, una comparación: en toda Balears hay 62 mezquitas. Es decir, solo en Palma hay casi tantas iglesias evangélicas como mezquitas en las cuatro islas.
El fenómeno se ha agudizado en la última década con la llegada masiva de ciudadanos de Latinoamérica, donde esta religión ha arraigado con muchísima fuerza. La feligresía evangélica representaba al 3% de la población latinoamericana hace 20 años, pero esa cifra se ha disparado en países como Guatemala, Honduras y Nicaragua, donde llega al 40 %. En Colombia y Ecuador, dos de los países con más inmigración hacia Balears, ya supone el 10 % y el 16 % respectivamente.
No hay un censo oficial de fieles de ninguna religión, pero las encuestas del CIS muestran observaciones de la religiosidad en Balears. El número de ciudadanos de Balears que asegura pertenecer a otra religión que no sea la católica es todavía muy bajo y solo un 4 % asegura que profesa otra religión. Eso hace que aún sea más significativo el aumento constante de iglesias evangélicas.
Variedad de congregaciones
Las que se han ido instalando en Palma son muy diversas. Hay pequeños locales muy modestos en zonas periféricas de la ciudad donde hay mayor concentración de migrantes, como las inmediaciones de la zona de Pere Garau hacia Son Gotleu, pero también está la iglesia de siempre en la zona de los Molinos de Palma o un gran templo completamente construido cerca del parque de bomberos. Allí está el Centre Cristià de Mallorca. Además de en Palma, tienen congregaciones en Inca y Alcúdia.
El auge del evangelismo en Sudamérica y su traslado a España ha sido estudiado no solo desde un punto de vista religioso, sino también desde una vertiente política. La profesora universitaria y exdiputada de Podemos Laura Camargo ha analizado este fenómeno, que aparece de manera tangencial en su libro ‘Trumpismo discursivo’. Camargo, junto con otros estudiosos, sostiene que parte de este auge evangélico está muy vinculado a lo que llama «la ola reaccionaria». Asegura que se trata de una religiosidad en la que no hace falta hacer buenas obras para salvarte –aunque sí hay que hacer donativos–, pero sí es esencial acudir al culto y combatir activamente lo que ellos llaman «ideología de género» como la homosexualidad, el feminismo o el divorcio.
«En algunos casos, en este nuevo evangelismo, hay un vaso comunicante con la extrema derecha y en el caso de España, con Vox», señala. Recuerda, por ejemplo, que Santiago Abascal cargó contra la Conferencia Episcopal cuando los obispos se pronunciaron en contra de la polémica decisión de PP y Vox de no permitir la Fiesta del Cordero en Jumilla. «Hizo lo que se llama un dog whistle, una llamada de atención para tratar de captar ese voto no católico pero conservador», opina.
Pastores de algunas de las iglesias establecidas en Mallorca lo niegan. Sostienen que en los lugares de culto se hace religión, no política. Es lo que dice, por ejemplo, Rolando Reyes, que atiende la Misión Evangélica del Espíritu Santo Santuarios del Monte Sinei.
Sin embargo, Cheryl de Salamanca de la congregación La Viña admite abiertamente que su iglesia está «muy involucrada» con Israel y el antisemitismo.
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