Ángela Pérez (València, 1973) es emprendedora biotecnológica y presidenta del Consell Social de la Universitat de València y de Bioval (clúster bio de la Comunitat Valenciana). Este jueves, a las 19.00 horas, ofrece la conferencia Cómo invertir en biotecnología y no morir en el intento en el edificio sa Riera, en Palma. Pérez acumula numerosos premios y reconocimientos. Con tan sólo 24 años creó su primera empresa biotecnológica, a la que siguieron otras iniciativas empresariales centradas en la genética y la genómica.
Por el título de su conferencia, parece que la inversión en biotecnología es un camino de obstáculos.
—Diría que en España uno de cada diez proyectos sale adelante, cuando la inversión en biotecnología es de las más rentables en todo el mundo. Para salir adelante, hay que combinar corazón y dinero. El proyecto con éxito tiene un efecto multiplicador y compensa todas las inversiones anteriores fallidas.
¿En España empieza a haber cultura inversora en biotecnología?
—Sigue primando la inversión en el ladrillo y en plazas de garaje. Hay proyectos biotecnológicos que quedan en la orilla. Si se cambiara esta cultura, en lugar de un proyecto de cada diez al menos saldrían adelante dos.
¿Cómo se consigue la inversión?
—Hay grupos dispuestos a invertir el dinero inicial y otros que quieren ayudar a nuevos emprendedores y que te pueden proporcionar contactos. Luego están los fondos competitivos, públicos y privados, aunque los primeros llegan cuando llegan y pagan cuando pagan. La situación ideal es un mix público-privado. Si consigues un fondo competitivo público de prestigio, será más fácil acceder a un fondo privado. Hay que optar a premios, participar en charlas y vender tu proyecto a cualquier hora y en cualquier foro.
Se inició en la emprendeduría con tan sólo 24 años. ¿Cómo cambió el chip de bióloga, recién acabada la carrera, al de empresaria?
—Cuando probé la iniciativa empresarial, me gustó tanto que contraté a gente que sabía mucho más que yo para la parte científica. Emprendí en biotecnología cuando nadie lo hacía, incluso estaba mal visto.
¿Pero no volvería a la faceta científica e investigadora?
—No me apetece. No la echo de menos. Lo que me gusta es poner en marcha empresas a partir de proyectos científicos atractivos.
Y todo lo hace en el marco de un país que sigue sin apostar por la ciencia.
—Históricamente, la ciencia en España está mal financiada. Por ello hay que ser un gran vendedor de proyectos. En cualquier caso, hay inversores españoles con experiencia internacional y ésos son los primeros que hay que explorar., pero sigue sin aprovecharse la gran cantera de talentos científicos que tiene España y que se forman en universidades públicas muy buenas.
¿Tendría que haber una formación empresarial de forma generalizada?
—Rotundamente sí. Debería haber una mínima formación transversal en cuestiones y conceptos como cuenta de resultados o gestión de proyectos y equipos, teniendo en cuenta que el 85 % vamos a trabajar en el sector privado.
¿Cómo fue su primer proyecto?
—En el último curso de carrera, trabajé en un equipo de investigación sobre el genoma y tuvimos acceso a una técnica para la secuenciación de ADN Teníamos un proyecto y tecnología avanzada. No queríamos quedarnos como profesores. Siendo un poco inconscientes, nos lanzamos a la aventura sin financiación. Cometí errores gigantescos, me equivoqué en casi todo, pero aprendí a base de tortas.
«Sólo uno de cada diez proyectos de biotecnología sale adelante, cuando es una de los sectores de inversión más rentables»
¿De dónde saca el tiempo para tantas ocupaciones?
—Vivo muy bien con el estrés y me gusta ir acelerada. Cuando tengo vacaciones, la desaceleración me da vértigo. No cambiaría mi vida estresante por nada. Volver al trabajo no me provoca ninguna depresión ni tristeza. Soy consciente de que con mis equipos tengo una relación de amor-odio. Con tres hijos, vivo permanentemente en el no llego.
¿Cómo es su trabajo en el Consell Social y en Bioval?
—En el Consell Social trato de que las cosas vayan un poco mejor en la emprendeduría y en la relaciones entre universidad y empresa, mientras que en Bioval intento que el sector bio entre en la agenda de los políticos.
Miris on miris, tot són guirisY el PSOE-Podemos en el gobierno del pais, han seguido con el modelo del sector servicios sin hacer absolutamente NADA por reindustrializar el pais o invertir en I+D, los datos están ahí. Cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, el sector servicios era el 68% del PIB y la industria el 20%. En el 2024, el sector servicios era el 69%, y la industria el 19,5% (fuente: Statista, Porcentaje de participación en el producto interior bruto (PIB) de los sectores económicos de España de 2008 a 2024) . Lo dicho, NI UNOS NI OTROS. Y como dice @Anem.a.berenar, esto es fruto del analfabetismo en economia, y la idiosincrasia de este pais de aspirar a ser funcionario o rentista. Invertir en otra cosa, como tecnologia, queda muy lejos