El director de la Fundació Marilles, Aniol Esteban, ha ofrecido este martes en el Estudi General Lul·lià, organizada por la Acadèmia del Clima, la conferencia El canvi climàtic i els seus impactes a la Mar Balear.
En conversación previa con este periódico, Esteban ha declarado que «la principal amenaza para nuestro mar es el cambio climático y esto lo decimos en Marilles desde el primer día por unas evidencias científicas irrefutables. La pesca, la náutica o la contaminación son presiones que se pueden controlar, pero el calentamiento del agua y las especies invasoras, dos problemáticas interconectadas, son las dos grandes macropresiones que sufre nuestro mar. Y el dato preocupante es que el Mediterráneo se calienta entre dos y tres veces más rápido que el resto de los océanos».
El director de Marilles señala que «el Mediterráneo es un mar muy rico y diverso, pero está sometido a un estrés muy elevado por un calentamiento del agua que no se reducirá en los próximos años, aunque descarbonicemos. La mejor herramienta protectora que tenemos contra el cambio climático es que nuestro mar se encuentre en un excelente estado de conservación, con un ecosistema en equilibrio. En las zonas marinas protegidas, la colonización por especies invasoras es más difícil. Por tanto, las áreas marinas con protección estricta, sin pesca, juegan un papel esencial. La recuperación pesquera a su alrededor es mucho mayor, además de ofrecer muchas posibilidades económicas con el buceo recreativo».
Aniol Esteban expresa su preocupación por las olas de calor en el mar: «Son más frecuentes y duran más tiempo, y se han convertido en auténticos incendios bajo el mar. Las comunidades de gorgonias rojas y corales, en profundidades de 0 a 30 metros, han desaparecido al oeste de Ibiza en los últimos 10-15 años, y lo han hecho ante nuestros propios ojos. Los episodios de olas de calor marinas, que aumentan en el Mediterráneo occidental, provocan mortalidades masivas, afectando a multitud de especies. Y hay que recordar que la posidonia, en temperaturas superiores a los 28 grados, dispara su mortalidad. Siempre se ha destacado la función fundamental de la posidonia como sumidero de carbono, pero si ésta desaparece, ese carbono será liberado. Es decir, paradójicamente, que la posidonia sea una gran aliada o se convierta en una fuerza negativa depende de nosotros. La pérdida será doble: dejaremos de contar con una gran absorción de carbono y, además, desenterraremos el ya almacenado».
Esteban también se refiere a que «el calentamiento del agua del mar produce hipoxia, es decir, falta de oxígeno, por lo que el estrés es todavía más elevado, sobre todo en las bahías someras, de aguas poco profundas».
PedroUsted es cientifico cierto?