La gripe ha regresado este invierno antes de lo habitual y con el virus A(H3N2) como protagonista, una combinación que preocupa no por su mayor agresividad, sino por el elevado número de contagios que puede generar. En este contexto, la vacunación antigripal vuelve a situarse como la herramienta más eficaz para reducir hospitalizaciones, complicaciones y muertes, tal como subraya el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March.
La temporada gripal se ha adelantado este año, ya lo anunció la Conselleria de Salut a principios de mes cuando Baleares entró en fase epidémica cuatro semanas de lo previsto. En una temporada típica, la gripe puede causar hasta 50 millones de casos sintomáticos y entre 15.000 y 70.000 muertes anuales en Europa, con una incidencia que puede afectar hasta al 20 % de la población, según señala March.
«El adelanto de la temporada nos deja menos margen de reacción y obliga a insistir en la prevención», explica March, quien recuerda que «aunque la gripe puede afectar a cualquier edad, los niños suelen ser los primeros en infectarse y actúan como un importante motor de transmisión en los hogares».
El virus dominante este invierno es el A(H3N2), concretamente una variante conocida como clase K, que se ha extendido con rapidez y ya es mayoritaria en Europa, Reino Unido, Japón, Estados Unidos y Canadá.
Un virus cambiante
La gripe es un virus en constante evolución. La gripe A, responsable de las grandes epidemias y pandemias, cambia con facilidad para escapar de la inmunidad previa, lo que obliga a actualizar las vacunas cada temporada. Aunque la vacuna de este año se diseñó con una cepa de A(H3N2) anterior a la variante K, el experto insiste en que sigue siendo una protección fundamental.
«No hay indicios de que esta variante sea más peligrosa o cause cuadros más graves», aclara March. «Los antivirales continúan siendo eficaces y en los países donde ha circulado antes no se ha observado un aumento excepcional de la gravedad. La preocupación se centra en que llevábamos años sin este subtipo como dominante, lo que podría traducirse en una menor inmunidad acumulada en la población».
Históricamente, las temporadas con predominio del A(H3N2) se asocian a un mayor número de hospitalizaciones, sobre todo en personas mayores de 65 años y pacientes con enfermedades crónicas.
Vacunarse reduce complicaciones y mortalidad
Más allá de prevenir la infección, la vacunación antigripal ha demostrado reducir de forma significativa las complicaciones graves. Un estudio internacional con participación del Instituto de Salud Carlos III, publicado en Journal of Virology, señala que la vacuna no solo disminuye la carga viral, sino que también reduce la mortalidad asociada a coinfecciones bacterianas secundarias, una de las principales causas de muerte durante las epidemias de gripe.
En modelos preclínicos, una sola dosis de la vacuna redujo la mortalidad por coinfecciones de virus y bacterias del 50 % al 15 %, y en las denominadas «súper infecciones» del 100 % al 50 %. «Estos datos refuerzan algo que ya sabíamos en la práctica clínica: vacunarse salva vidas, incluso cuando la protección frente a la infección no es total», destaca March.
Conozco a gente que se ha vacunado por primera vez y se ha contagiado, algunas bastante fuerte. Tengo una pregunta, que conste que es algo que desconozco (no me he vacunado nunca) y me gustaría que alguien me explicase : inyectan la misma dosis de vacuna a todos? La dosis es estandar o personalizada? Oseas : es la misma dosis de vacuna para un hombre de 1,90 por 85 kg que por una mujer de 1,60 por 50 kg?