Los partidos de Balears miran con interés hacia 2026, año preelectoral, en un mapa político marcado por la emergencia habitacional. Los deseos políticos hablan también del debate sobre el modelo económico, la calidad de los servicios públicos y una fuerte confrontación ideológica sobre el rumbo de las islas y el país. Aunque la vivienda es el tema común en la ‘carta a los Reyes’ de todas las fuerzas.
El PSIB hace de ella el centro absoluto de sus reivindicaciones: urge a dar solución a las familias que en 2026 afrontarán renovaciones de contratos de alquiler con subidas que pueden dejarlas «sin hogar». En ese contexto insisten los socialistas en que «basta con aplicar el límite que permite la Ley estatal, por lo que apelan al PP a «abandonar su dogmatismo». «Nuestro segundo mayor deseo es que la democracia se refuerce y que seamos capaces de superar nuestras diferencias políticas para pactar soluciones», afirman en el PSIB.
También Més y Unidas Podemos ponen el foco en el problema residencial. «Que la vivienda sea un derecho y no un activo financiero o económico, que se dé una solución efectiva al acceso a la vivienda, para que ninguna persona tenga que vivir una situación de desamparo, agobio o angustia porque vaya a perder su casa», dice José María García (EUIB).
Vox, por su parte, pide «un plan urgente, ambicioso y serio de vivienda para dar respuesta a las más de 30.000 familias que buscan un hogar en Balears», y el PP adelantan que en 2026 se irán aplicando las herramientas aprobadas por el Govern para poner en el mercado más vivienda asequible.
El turismo y el modelo económico son el segundo gran bloque. El PP promete trabajar con los agentes económicos y sociales para avanzar hacia un turismo sostenible y la diversificación de la economía; resalta la llegada de «proyectos estratégicos de alto valor» bajo el paraguas de las nuevas leyes.
Gaza
En Més, vaticinan que en 2026 tendrán que «continuar batallando por un cambio de modelo económico que ayude a encarar el reto demográfico y la saturación turística además de seguir defendiendo el uso social de la lengua catalana», en palabras del coordinador, Lluís Apesteguia. En estas fechas hace hueco en su carta para Palestina: «No podemos dejar de pensar en las miles de familias que, no muy lejos de Belén, no tienen dónde pasar la noche ni dónde dar a luz con seguridad porque no quedan hospitales en Gaza, y que este Govern tan cristiano, sigue sin condenar el genocidio».
También Unidas Podemos da amplio alcance social y global a su carta al rememorar asimismo el conflicto de Ucrania y desear que Balears no sea «puesta en medio de la geopolítica de la guerra». La carta se cierra con un deseo político claro: «Que el fascismo sea derrotado» y que las islas tengan «un gobierno de progreso, que ya va haciendo falta».
En el espectro ideológico opuesto, en la carta de Vox se pide «un cambio de Gobierno nacional y que todo lo que han robado lo paguen en las urnas y en los juzgados»; el «fin de la destructiva y criminal Agenda 2030», y la «protección de las fronteras para acabar con la inmigración ilegal»; así como la libre elección de lengua en la enseñanza, un asunto que promete nuevos choques con el PP.
Se ríen de nosotros. Hablan como si no fueran ellos los que pueden y deben tomar decisiones para beneficiar a la ciudadania. Son tan incapaces que están en sus casas esperando cual niño de 5 años a que lleguen los reyes magos a solucionar sus problemas. No sé si soy yo o tengo la sensación de que cualquier político del color que sea parece que lo han sacado a propósito entre los más inútiles y mediocres.