Sin apenas descanso después de su gran desempeño en el Tor des Géants, Álex Urbina ha vuelto a escribir una nueva página en su libro de hazañas al ganar la única carrera que le restaba del grupo BiFree Sports: los 100 kilómetros de la Brama.
Anteriormente, ya había ganado las otras dos carreras de la organización, tanto la Pyrenees Stage Run como la Costa Brava Stage Run. En la primera, la cual se corre por parejas, logró la segunda posición en 2019 acompañado del también mahonés Javi Pons, mientras que en 2023 consiguió proclamarse vencedor al unirse a Roger Embid y recorrer los 220 kilómetros en siete días y siete etapas.
A su vez, la Costa Brava Stage Run, ya de manera individual, la ha ganado en sus dos únicas participaciones de 2023 y 2025. Y como no podía ser de otra manera, Urbina se ha acabado de coronar este año adjudicándose la Brama. «Tan solo lleva tres ediciones en pie, pero paradójicamente es la que más veces he corrido. Había quedado segundo en las dos primeras», apunta Urbina.
Compatibilidad laboral
«Es mi tercera participación en la Brama. Vengo de una carrera de 330 kilómetros en el Tor, así que a ver cómo estamos hoy», declaraba Urbina antes de salir a por todas el pasado viernes a las 9 horas. Luciendo su particular peinado rapado con tinte rubio, cumpliendo así con su apuesta por completar el Tor des Géants, el corredor insular arrancaba algo a destiempo debido a su esfuerzo titánico en la cita transalpina y las posteriores dos semanas de obligado parón.
Casi ‘olvidándose’ de que estaba inscrito en la Brama Stage Run después de la necesaria desconexión, el insular volvió a los entrenamientos justo dos semanas antes de la competición. No obstante, la vuelta al ruedo se hacía cuesta arriba trabajando mañana y tarde, sin poco espacio para el entrenamiento. «Ahora, de lunes a jueves, he empezado las prácticas por la mañana y por la tarde estoy en mi puesto de trabajo habitual. Así que el jueves-viernes me fui directo a la carrera sin pasar por casa», reconoce.
A por todas
Eso sí, el incentivo que le proporcionaban algunas marcas deportivas le motivó a luchar con aún más ganas por la única victoria que le faltaba. Pese al agotamiento, el primer día completó el recorrido de la Serra de Montgrony en primera posición con un tiempo de 4:02:34, tres minutos por debajo de sus cuatro inmediatos perseguidores.
El sábado, en el Parc Natural Capçaleres del Ter i Freser, Urbina quedó algo rezagado al completar la etapa en 4:08:56, siete minutos por debajo del portugués Nelson Santos, su gran rival. Y el domingo, el corredor luso volvía a hacerse con el triunfo parcial cruzando la línea de meta en Serra Cavallera 23 segundos antes que el menorquín, quien bajó hasta el 3:55:33.
Pero los casi diez minutos de diferencia del primer día, en el que Santos estuvo flojo, acabaron otorgando la victoria final a un Urbina que completó la carrera en 12 horas, 7 minutos y 3 segundos. «En la parte final de la carrera del segundo día, empecé a recortar tiempo a todos y fui recuperando sensaciones. El tercer día pensaba que lo perdía, pero en la última subida ataqué a Santos, justo cuando otro participante se puso entre nosotros. Llegamos prácticamente juntos a la bajada, conseguí aparecer y di la estocada final, manteniendo la ventaja de la general», describe el protagonista.