El Menorca Bàsquet será esta tarde, a partir de las 19 horas, el invitado estrella a la fiesta constante que vive la versión baloncestística de Valladolid, tras haber regresado a la Copa del Rey, doce años después, al firmar una primera vuelta sensacional. Será un duelo de ilusiones. Por una parte las de la zona VIP donde se codea el equipo de Porfi Fisac y las de la parte baja donde el Menorca se pelea con Granada y Alicante, para eludir los puestos de descenso. En condiciones normales el partido no sería fácil pero todavía se complica más con las molestias de Diego Ciorciari y de Diego Sánchez, que no han entrenado al ritmo de sus compañeros esta semana. El Menorca debe estar más concentrado que nunca si quiere arañar un triunfo ante un equipo al que ya ganó en casa en la primera vuelta (73-61).
La lesión de Ciorciari en Manresa, que le permitió acabar el partido a un ritmo bastante inferior que el de sus compañeros y que le ha mantenido entre algodones a lo largo de la semana, puede condicionar un encuentro en el que, según ha reconocido el propio Paco Olmos, el principal objetivo es controlar el ritmo del partido, tarea básicamente a cargo del bravo argentino. Otro que es probable que no esté al máximo es Diego Sánchez, que ha sufrido un problema en su talón de Aquiles que ha mermado su aportación al equipo.
Por lo demás, el equipo ha pasado una semana con menos presión tras el triunfo en Manresa pero conscientes de que todavía no han conseguido nada. Precisamente uno de los esfuerzos de Olmos y sus ayudantes esta semana ha sido frenar la euforia tras romper la racha negativa de seis derrotas consecutivas. El entorno del equipo admite que saben qué deben hacer para ganar en Valladolid aunque el rival no se lo pondrá para nada fácil.
El juego alegre que practica el equipo morado, sobre todo en casa, y la defensa que exhibe, la cuarta mejor de la competición, le colocan ahora mismo como el equipo revelación de la ACB y su desparpajo, sumado a la falta de presión, propicia que sus aficionados disfruten al máximo con el espectáculo que les brinda un elenco de jugadores que, la mayoría, llevan varios años jugando juntos, lo que propicia que practiquen un baloncesto de memoria.
Robinson, Baez y Van Lacke arrastran molestias en las últimas jornadas, aunque no les han obligado a parar. El exceso de euforia puede ser otro punto a favor para el Menorca.