Agustí Sans Valls (Maó, 1995) se convirtió ayer en el sexto menorquín de la historia en debutar en ACB. El base-escolta del Joventut disputó casi trece minutos en la derrota del equipo verdinegro ante el Barça (80-83, segunda jornada de Regular), intervalo suficiente para anotar siete puntos, repartir dos asistencias y recuperar un balón, acción ésta inicial y fundamental en su posterior evolución en pista –y cinco créditos de valoración. «Ese robo me dio la confianza necesaria», evocó el jugador mahonés después de redactar historia en un encuentro en el que paradójicamente Alex Suárez, ya asentado en la plantilla de la Penya, no apareció en cancha, dinamitando con ello una coyuntura sin precedentes con dos menorquines compartiendo minutaje ACB a la vez (y que sin duda queda emplazada a futuras jornadas).
Cumplido un decenio del estreno de Tisi Reynés, precursor en la Isla en el hábitat ACB (ocurrido al nacer octubre de 2003 en las filas del Gran Canaria), a lo que sucedieron los de Llull (Manresa) y Jan Orfila (Granada), ambos en 2006, el puntual de Faner con el Menorca en 2009/10 y el del propio Suárez con el Joventut en enero de 2010 ejerciendo de rival en Maó, sobreviene ahora el de Sans. Un nombre más que agregar a este reducido catálogo de escogidos. Pero ni en sustancia ni en proyección la figura del base-escolta desprende similitudes con sus antecesores, ni tan solo con Llull, del que jamás se esperó la progresión mostrada al recalar en el Madrid. Supera a todos en la antesala.
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