La selección española de baloncesto, con el base mahonés Sergio Llull en sus filas, no debería tener problemas en su debut en la Copa del Mundo 2014, ya que el campeón asiático, Irán, está un par de peldaños por debajo del primer grupo de equipos en el plano internacional. Los primeros partidos de cualquier competición siempre son complicados, por el desconocimiento del momento rival, del propio equipo y por el nivel de permisividad o no que apliquen los árbitros, además de los consabidos nervios.
Ante Irán, todos estos aspectos se minimizan bastante constituyendo un debut con gaseosa que servirá al seleccionador español, Juan Antonio Orenga, para seguir afinando la puesta a punto de sus jugadores y para que el mallorquín del FC Barcelona, Alex Abrines, pueda tener sus primeros minutos como internacional absoluto una vez superada su lesión en el brazo. Las diferencias entre España e Irán son, en principio, abisales, en calidad, experiencia, efectividad y en todos los aspectos del juego.
Pero, con todo, España no quiere menospreciar al campeón asiático. Y quiere sentir buenas sensaciones desde el primer momento. Aún cuando la victoria está prácticamente asegurada, tan importante como conseguir ganar el partido es hacerlo de una forma sólida, sin fisuras, dando una buena imagen y sin castigar en exceso a ningún jugador.
Los jugadores con menos minutos en la preparación deberán llevar el peso del partido y aprovechar la oportunidad para hacer saber a Orenga que están dispuestos para cuando sea necesario en otras ocasiones.
La selección española tampoco enseñará nada nuevo en este partido en el apartado táctico. No debe ser necesario. Y el seleccionador se guardará los retoques de este año para ponerlos en liza ante rivales de más entidad y en momentos más importantes. Los jugadores se entrenaron ayer a la misma hora en la que jugarán sus partidos, a las 10 de la noche, y velaron armas ante un debut contra Irán que debe ser tranquilo y victorioso. Lo contrario, supondría una sorpresa mayúscula que nadie contempla.
Vestuario
El alero Rudy Fernández cree que la selección española es «el equipo a batir» y al que «todo el mundo quiere ganar» en el Campeonato del Mundo, por lo que ha pedido a los suyos «dejar la presión a un lado» y «hacer bien las cosas» para «estar arriba» en el torneo. Rudy explicó anoche en Granada, donde España jugará sus encuentros de la primera fase, que el equipo nacional es «un equipo con mucho talento» pero que deben «seguir mejorando» porque «en todo se puede mejorar y se tiene que mejorar».
El alero considera que «ser agresivos en defensa» es lo que va a permitir a la selección «tener los partidos controlados» incidiendo en que «la defensa es lo importante en este equipo y en el baloncesto en general». «Respetamos a todos los rivales, nosotros debemos saber que somos el equipo a batir, todo el mundo quiere ganarnos. Sabemos que tenemos un equipo competitivo, con jugadores con muchísimo talento y que podemos quedar campeones en casa», sentenció Rudy.