El modelo de competición senior por el que ha optado, también obligado por las circunstancias, el baloncesto balear en la presente temporada, un torneo híbrido en el que convergen equipos de dos niveles en su primera vuelta (Primera Balear y EBA), apunta a una existencia efímera, sin vida más allá de la actual edición, debido al elevado gasto que implicará en la mayoría de clubes asumir costas y avales en el curso siguiente, cuando el grupo balear adquiera estatus de estatal.
En principio, la intención de la Federació Balear era conceder vitola de EBA a todos los conjuntos con vistas a la campaña 2015/16, después del año de transición en que se ha convertido el que ahora recorre, asimismo adaptado a las urgencias de Andratx y Sant Lluís, dos clubes con derechos deportivos en la liga estatal y sin hueco en grupos peninsulares. Sin embargo, desde Menorca las preferencias a corto plazo se decantan por rescatar por un lado el tradicional formato de liga balear -siempre que el Govern siga sufragando los desplazamientos inter islas- o por otro, instaurar un modelo de liga menorquina en el que se concentren la totalidad de clubes locales. La EBA Balear a coste de estatal, ni seduce ni apunta a una larga existencia.
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